Leopoldo Moreau: "No le tengo miedo a la derrota"
El radical sostiene que no hará la elección que se pronostica y reivindica ser el único postulante elegido mediante el voto de los afiliados
De familia, los Moreau eran socialistas, incluida, desde luego, la tía lejana Alicia Moreau de Justo. Sin embargo, el padre del hoy candidato a presidente, un ingeniero recibido en Francia que trabajó en la Marina -a su vez hijo de un joyero que disponía de cierta solvencia económica-, no tenía filiación política definida fuera de considerarse antiperonista. Leopoldo tenía 14 años cuando fallecieron sus padres.
-¿Por qué quiere ser presidente?
-Es obvio que en las actuales circunstancias no es por vanidad personal ni porque mi papá me dijo cuando era chico que me quería ver presidente. La Argentina necesita un gobierno de salvación nacional y para esto hace falta voluntad política, vocación y humildad, en una elección donde todos prefieren presentarse como salvadores. Tenemos salvadores místicos, salvadores populistas, salvadores eficientistas...
-¿Y qué propone usted?
-Reconstruir el sistema político como herramienta al servicio de la sociedad y lograr cohesión nacional para enfrentar los riesgos internos, que son enormes: estuvimos a punto de caer en la disgregación nacional. También los riesgos externos se han potenciado en los últimos días como consecuencia de la guerra.
-¿Usted cree que tras el fracaso del gobierno de De la Rúa y las internas con sospecha de fraude está en condiciones de hablar de un gobierno de salvación nacional?
-El gobierno de De la Rúa es para nosotros una carga, pero seguramente no mayor de la que debe sobrellevar el justicialismo después de un gobierno como el de Menem. La diferencia está en que nosotros nos hacemos cargo tanto de nuestros errores como de nuestros aciertos.
-Pero Menem no cayó por una pueblada.
-No importa, es el que provocó esta situación que ahora vive la Argentina, de pulverización de la cohesión social, de miseria, hambre, marginalidad. Nadie puede suponer que esto lo provocó el gobierno de la Alianza.
-¿Encuentra una equivalencia entre los gobiernos de Menem y De la Rúa?
-No , uno fundó el modelo y el otro no lo pudo cambiar. O no lo quiso cambiar. O lo quiso continuar. A los efectos del resultado es exactamente lo mismo.
-Es importante su valoración. ¿Por cuál de las tres hipótesis se inclina?
-Yo personalmente creo que no lo quiso cambiar. La política en general no tenía voluntad de cambiarlo. La política se entregó al mercado. Porque esta crisis es una crisis de todo el sistema político.
-Pero en esta carrera electoral usted carga una bolsa de arena.
-Cargo por lo de De la Rúa, pero también es obvio que yo represento a otro radicalismo.
-Sucede que su candidatura salió de las elecciones internas más cuestionadas de toda la historia del radicalismo.
-Sí, pero salí de elecciones. Ningún otro candidato en la Argentina fue electo. Es mucho más escandaloso elegir un candidato en un hotel de Buenos Aires a dedo. La fórmula radical la eligieron más de medio millón de afiliados independientes, desde Tierra del Fuego hasta La Quiaca. Tuvimos dificultades -ojalá no las hubiéramos tenido- y las resolvimos con más democracia. El peronismo asumió que no podía hacer una elección interna porque podía haber fraude y hasta violencia. Esto me parece mucho más escandaloso.
-¿No tiene miedo de una derrota importante?
-No. Yo no ingresé a la política teniéndole miedo a los malos resultados electorales. Porque si hubiera sido así, mucho más miedo le hubiera tenido a las dictaduras militares y sin embargo eso no me doblegó para seguir defendiendo mis convicciones. Una de las deformaciones que ha tenido la política en los últimos años es creer que su éxito está atado definitivamente al resultado de las encuestas. No vamos a hacer la elección que muchos desean que hagamos.
-¿Por qué lo dice?
-Porque el radicalismo sufría hace cuatro meses por parte de los opinadores el veredicto de que había desaparecido. El radicalismo está hoy compitiendo en la elección con fórmula propia y yo no tengo ninguna duda de que hay un voto oculto. Hay mucha gente que tiene pudor después de una gestión como la de De la Rúa de decir que va a votar al radicalismo.
-Es verdad que algunos analistas dicen que hay un voto oculto, pero se refieren a Menem.
-Puede darse el mismo fenómeno. Sí tenemos un problema muy severo en la Capital Federal. Ese electorado ha sido el más golpeado por el fracaso de De la Rua, porque lo ha tenido siempre como niño mimado.
-¿Y entonces?
-Esto no significa que vamos a sacar como dicen algunos el uno o el dos por ciento de los votos. Eso es una estupidez.
-¿Cuánto espera?
-Nosotros vamos a estar oscilando entre un piso de 10 y un máximo de 16 o 17.
-Si hubiera una segunda vuelta entre dos peronistas, ¿por cuál se va a inclinar el radicalismo?
-Vamos a hacer lo imposible para que el pais no quede atrapado en esa trampa.
-¿Cuál es su juicio sobre el gobierno de Duhalde?
-Ha sido un gobierno de emergencia. Cumplió el objetivo de sortear el caos.
-Menem sostiene en cambio que este gobierno fue un gran retroceso.
-Menem es un caradura. Vivimos lo que estamos viviendo como consecuencia del sostenimiento de un modelo económico que a todas luces estaba destruyendo la economía. Finalmente, en nombre del capitalismo más ortodoxo terminó destruyendo la lógica capitalista porque pulverizó los ahorros y el consumo.
El perfil
Fundador de franja
Leopoldo Moreau nació hace 56 años en Rosario. Tiene cinco hijos y está separado. Se crió en San Isidro, donde se hizo rugbier. Estudió derecho hasta cuarto año en la UBA y fue, en los sesenta, uno de los fundadores de la Coordinadora y de Franja Morada. Fue encarcelado una decena de veces durante el gobierno de Onganía
IBM-Banco Nación.
Trabajó como periodista en los diarios La Opinión y Tiempo Argentino, entre otros. En 1983, emprendió una larga carrera parlamentaria. Entre sus pergaminos se atribuye ser el denunciante del negociado IBM-Banco Nación.