Kolisi
El Mundial de rugby que terminó anteayer en Japón no pudo haber tenido, desde lo simbólico, mejor imagen final: el que alzó la copa de campeón fue Siya Kolisi, capitán de Sudáfrica. Kolisi es negro. ¿Un negro capitán de los Springboks? Parece mentira. El sistema de segregación racial que rigió en Sudáfrica durante siglos, el apartheid, oficialmente dejó de tener vigencia en 1992. En un país que hasta entonces estaba bajo total dominio de los blancos y en el que los negros (más del 80% de la población) sufrían restricciones de todo tipo, incluida la de votar libremente, los poderosos Springboks eran, acaso, uno de los testimonios más visibles de ese régimen de discriminación. Se mantenían como un equipo enteramente blanco, orgullosamente blanco. En 1995, el Mundial se jugó en Sudáfrica, fue ganado por el seleccionado local, ya racialmente integrado, y la copa fue entregada por Nelson Mandela, el primer presidente negro. "Un equipo, un país", inmortalizó Mandela, el mayor símbolo de la lucha contra el apartheid.
Económicamente, las diferencias aún se mantienen. En 2007, los Springboks se coronaron por segunda vez campeones al vencer en la final, como ayer, a Inglaterra. Kolisi vio ese partido en un bar. En su casa no tenía televisión.