
Definir los parámetros de la estupidez
Si se avanzó tanto en la definición de la inteligencia, tendríamos que hacer el mismo esfuerzo en determinar la estupidez, sus alcances y sus límites. Estamos usando palabras como "idiota", "imbécil" y "tarado" con toda ligereza, como si fueran una misma cosa.
En Estados Unidos la costumbre no es muy distinta. En un castigo que nos hace recordar a los tiempos de la colonia, un hombre llamado Richard Demeron fue sentenciado a permanecer tres horas al día, durante una semana, frente a la estación de policía de Cleveland mostrando un cartel en el que reconoce: "Pido perdón al oficial Simone y a todos los oficiales de policía al ser un idiota y llamarlos al 911 para amenazarlos de muerte". Demeron dice que actuó bajo los efectos del alcohol y se muestra arrepentido de su acción.
Eso no es idiotez, protestamos nosotros. Llamamos idiotez a un montón de cosas distintas: la soberbia, la grosería, la falta de cuidado, la maldad lisa y llana. Ciudadanos: ya que perdemos tanto tiempo en denigrarnos, aprendamos a hacerlo con propiedad.







