Múltiples variaciones del dibujo, en una muestra de 94 artistas
Las obras, de distintas disciplinas, se exhiben en la galería Quimera
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/G2OLYNG5FZCXDAF6T4ORUHNHSQ.jpg)
La segunda edición de bosquejar esbozar proyectar, curada por Santiago Bengolea y Javier Aparicio en Quimera (Humboldt 1981), reúne obras de 94 artistas de distintas disciplinas. Entre ellas se cuenta la instalación site-specific realizada por Nacha Canvas y Sofía Quirno, que convierte la sala de exhibición en una especie de diorama del dibujo contemporáneo. Son, en total, 184 dibujos o variaciones del dibujo ensayadas por artistas locales. Muchos de ellos no se definen como dibujantes: ni el trabajo del fotógrafo Gian Paolo Minelli ni el de la creadora de discretos conjuntos escultóricos Marcolina Di Pierro, entre otros, se podrían definir como dibujos. Ese pliegue tiende líneas, de pensamiento y de creación, entre unas obras y otras. Mirar permite imaginar series, plantear y resolver enigmas acaso sin solución, postular ideas.
Toda la muestra fue encarada como un único proyecto de sitio específico para el espacio expositivo de Quimera, estirado hacia arriba por la instalación conjunta de Canvas y Quirno, y hacia los costados por las tres líneas de dibujos de los artistas convocados por Bengolea y Aparicio. A la manera de caligramas, por esas líneas fluye el murmullo figurativo, escrito o abstracto de bosquejar esbozar proyectar. Esas tres acciones son las que encontraron los curadores como acepciones del verbo "dibujar".
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/HX3AYBLUKRBYVE53PROY3QI6T4.jpg)
"Hicimos una invitación a un número determinado de artistas de los que conocemos sus trabajos –cuentan Bengolea y Aparicio–. La selección fue, sobre todo, por la actividad actual de ellos. En este caso, a diferencia de la muestra pasada, decidimos incluir a artistas extranjeros con los que habíamos tenido relación en el último año. Nuestra intención para este segundo tomo fue mezclar a artistas muy polares en su trayectoria: hay participantes emergentes y otros ya consagrados." Este recorrido de trayectorias artísticas diseña un mapa del movimiento artístico en el país. "Sólo les pedimos que enviaran dibujos no mayores a 50 x 50 cm, en lo posible enmarcados. Que nos mandaran las fotos y las fichas técnicas, así nosotros seleccionábamos luego las que aparecerían publicadas en el libro", comentan. Porque hay un libro, con una obra por artista, editado por Q Ediciones. Por 200 pesos se puede comprar el libro de este año y el de la muestra de 2015, en la que participaron 54 artistas.
Bengolea y Aparicio trabajaron a distancia, vía Skype y mails, para el armado de la exposición. Ajustaron la ubicación de las más de 180 obras, la iluminación, el emplazamiento de la instalación y el diseño del catálogo-libro. "Como afirmamos en la base del proyecto, consideramos el dibujo un ejercicio primario del arte, por lo que entendemos que su potencia en el panorama del arte es atemporal y no distingue de modas; en todo el mundo y de manera intermitente surgen movimientos que se fundan en la práctica del dibujo, que luego dan paso a otros de diferentes disciplinas, pero que eventualmente vuelven al dibujo como expresión última", afirman.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/757QQ5JKSFFJDMTKUNXT22IZG4.jpg)
Las obras seleccionadas documentan un estado del arte actual y, a la vez, como sugiere el nombre de la muestra, bosquejan instancias visuales, esbozan el núcleo de una trayectoria colectiva y proyectan nuevas posibilidades. Débora Pierpaoli dibuja en cuadernos flexibles de cerámica un lenguaje de orígenes y procedimientos; Gabriel Chaile enlaza la secuencia de obras con una obra-puente; Inés Raiteri presenta un esquema de su universo de colores y formas, así como Leticia Obeid el de sus motivos solapados (pueden ser hojas de árboles o plumas). Hay humor, de la mano virtuosa de Max Gómez Canle y Marcelo Alzetta. Y delicadeza, como en los teatritos imaginados por Paola Vega, la lluvia de Ramiro Quesada Pons o los paisajes trazados en pocas líneas por Martín Reyna. Otros artistas, entre ellos el boliviano Bernardo Zabalaga o la alemana Maia Urstad, usan el plano como un plan estratégico con divisiones, marcos internos y anotaciones crípticas.
Multifacética, arriesgada, profusa y organizada con la impronta de la distancia, bosquejar esbozar proyectar (tomo II) reúne obras de muchos otros artistas: Alejandra Seeber, Alfredo Londaibere, Alvaro Cifuentes, Ana Gallardo, Axel Straschnoy, Bruno Dubner, Carlos Ricci, Carolina Antoniadis, Carolina Magnin, Daniel Joglar, Diana Drake, Dolores Furtado, Eduardo Molinari, Elena Dahn, Elisa Strada, Emiliano Miliyo, Enrique Jezik, Fabián Burgos, Federico Lanzi, Gabriel Baggio, Gaspar Acebo, Guillermo Martín Bermejo, Gustavo Marrone, Hernán Salvo, Jane Brodie, Javier Barilaro, Juan José Cambre, Juan Pablo García, Julián Terán, Karina Peisajovich, Leo Estol, Lorenzo Bueno, Luis Hernández Mellizo, Lux Lindner, Manuel Esnoz, Marcela Sinclair, Marcos Torino, Mariano Guiraud, Mariela Scafati, Marina De Caro, Marula Di Como, Maximiliano Murad, Máximo Pedraza, Mónica van Asperen, Nicanor Aráoz, Nicolás Bacal, Nicolás Vasen, Pabli Stein, Rafael Bueno, Rob Verf, Roberto Scafidi, Sergio Vila, Tania Candiani, Tomás Espina, Verónica Di Toro, Vicente Grondona y Zoe Di Rienzo.
De lunes a sábado de 10 a 20, hasta el 25 de junio. Entrada libre.