¿Nos gusta?: placeres de la endorfina digital
Aprobación instantánea. Microplacer. Contagio positivo. Los argumentos alrededor de la creación del elemento like o me gusta en las principales redes sociales están en cuestión desde que a comienzos de este año Instagram, Twitter y Facebook anunciaran experimentos para quitarlos o reducir su visibilidad e impacto. El viernes pasado la red creada por Mark Zuckerberg comenzó a ocultar esa información en Australia. Y esta semana, el diario español El País se preguntaba: qué pasará cuando los likes desaparezcan.
En concreto, esa endorfina digital, su efecto en la atención de los usuarios y la distorsión sobre la actividad informativa de las redes se volvió paradójica en la última década, desde que fue adoptada popularmente en 2009, con el emblemático pulgar arriba azul de Facebook. Justin Rosestein, el ingeniero responsable de la integración de esa función "me gusta" en la plataforma, analizó en The Guardian: "Es muy común para los humanos desarrollar cosas con la mejor de las intenciones y que tengan consecuencias imprevistas y negativas".