Nostalgias de la biblioteca inexistente
A los aficionados a la historia siempre nos ha dolido el incendio de la Biblioteca de Alejandría a manos de los árabes, así como siguió doliendo esta ausencia hasta que se la reinauguró en 2017. Fue uno de los centros de estudio más grandes de la historia de la humanidad. Pero la investigación histórica reconoce no uno sino al menos cuatro incendios diferentes, entre Julio César y el califa Omar. Y cuando llegó Omar casi no había textos que quemar: el desinterés y el descuido la habían hecho desaparecer, no con una explosión sino con un suspiro.
Esta biblioteca fue incendiada por romanos, cristianos y moros. Hoy se pone en duda aquella versión de que sus papiros invaluables sirvieron para calentar los baños termales del califa. Pero la memoria es testaruda y se empeña en sostener esta leyenda. Así como la nostalgia de aquel libro prestado o extraviado mejora notablemente al libro perdido. Así como cuando repasamos un texto y vemos que es inferior a su memoria. Así como es mejor el verso aquel que no podemos recordar.ß
Algo más:
Y para colmo el italiano Umberto Eco, bibliófilo y erudito, propone una hipótesis inquietante: si el contenido de la Biblioteca de Alejandría era similar a nuestras publicaciones actuales, el 90% de los libros que había allí –como los de hoy– eran redundantes e inútiles.ß