
Otra vez el rugby
"El sentido común no es nada común", reflexionó Voltaire, filósofo, escritor e historiador francés. Sin entrar en el campo de la filosofía, ello significa que no todos los seres humanos disponen de capacidad de discernimiento y sentido de la lógica para orientarse sobre qué es lo más acertado en cada situación y las decisiones que se toman en consecuencia.
Si hay personas en nuestro país a quienes les escasea notablemente este "sentido" es a los dirigentes, o sea, aquellas personas a quienes por diferentes causas; léase, la ley, un contrato, la confianza; han sido investidos, por su conocimiento en alguna materia, de responsabilidad para dirigir a otros. Claro que existen múltiples y honrosas excepciones.
Las recientes decisiones tomadas por la Comisión Directiva de la UAR constituyen, a mi juicio, un perfecto ejemplo de la carencia absoluta de sentido común. Confirma esta conclusión las 48 horas transcurridas entre la imposición y el levantamiento de las sanciones aplicadas a tres jugadores de Los Pumas. Francamente, un verdadero despropósito. Mis conclusiones son las siguientes:
1) La UAR carece de atribuciones estatutarias para sancionar a miembros del plantel de la forma en que lo hizo. Debió en todo caso, en el marco de la Ley 25.392, denunciarlos previamente ante el Inadi, que se supone investiga y penaliza los actos discriminatorios, cosa que no hizo. A partir de allí, debería primero juzgarse si hubo o no delito; obligar a quien discriminó y a pedido del damnificado a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y, por último, a reparar el daño moral y material ocasionados, teniendo en cuenta que esta última acción prescribe a los tres años.
2) Dejando de lado el tecnicismo, suponiendo que la UAR tuviera esas facultades; ante la particularidad de la situación, el momento, y el artero e insólito ataque a tres integrantes del seleccionado nacional desempolvando tuits escritos a los 18 años, el sentido común y la prudencia indica que antes de tomar cualquier decisión, los jugadores pudieron haber sido citados por los organismos pertinentes de la UAR para pedirles las explicaciones, a su juicio, procedentes; simplemente, para ser escuchados. Si 48 horas después se revirtieron las sanciones por el "mea culpa" de los jugadores, el haberlo hecho previamente hubiese evitado todo este escándalo innecesario en el mejor momento de nuestro equipo nacional de rugby. Qué raro y que loco todo esto, ¿no?
Aclaro al pasar que cuando los organismos responsables evalúan e imponen sanciones en la práctica del deporte, sea cual sea, no hay manera de que estas queden sin efecto tras el perdón y/o reconocimiento de la culpa por parte del infractor. Las penas deben cumplirse irremediablemente.
3) Una vez más, Maradona, ya fallecido, es manipulado por manos negras, esta vez con el objetivo de poner bajo la lupa a todo el plantel nacional de rugby. Diego, casi el "Dios" de la pelota para el mundo, lejos está de ser un ejemplo o modelo de persona a seguir. Homenajearlo o no es algo estrictamente personal. La obligación de quien representa al país en cualquier disciplina consiste en todo caso en respetar el homenaje que el "ídolo" recibe de terceros; pero ello tiene un límite. Nadie puede ser obligado a arrodillarse frente a nadie. En todo caso, los tuits que se publicaron dan cuenta con mucho más rigor de la suciedad que hay detrás de toda esta situación.
4) Juzgar los errores u acciones de las personas retrocediendo 8 años en sus vidas es un verdadero disparate. No hay nadie que se salve, todos nos equivocamos y gracias a ello, vamos aprendiendo y direccionando nuestras conductas. A los 18 años somos puros novatos con ciertos miedos al mundo que se nos abre. Si nada aprendimos en el camino, nuestros actos deberán ser juzgados entonces a la luz del día atendiendo al daño que causamos a otros, respetando siempre el principio constitucional plasmado en el art. 19 de la Carta Magna; "Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe".
5) Finalmente, nuestro equipo nacional de rugby, a pesar del intento frustrado de algunos, pudo sobreponerse a los hechos y salió a disputar el partido con Australia con temple y valor. De allí el resultado final.