Recuerdos de una rubia inolvidable
Aunque la encantadora Blondie cumplió 75 años, eso no significa que haya perdido su seducción. El lector Raúl H. Álvarez, admirador y memorioso, observa:
"En la nota de LA NACION del 30 de julio, donde se informa que en septiembre Blondie cumplirá 75 años, hay un error en el nombre del creador de esa recordada historieta, que en realidad era Chick Young y no Gig Young, como allí se indicó. Gig Young era un actor norteamericano que generalmente intervenía en papeles secundarios; ganó un Oscar por su trabajo en Baile de ilusiones (1969) y se suicidó en octubre de 1978 luego de haber matado de un tiro a su última esposa. Nada tuvo que ver con la popular historieta. Pero, volviendo a Blondie, es interesante recordar que, además de aparecer en el diario La Razón, también se publicaba en la revista Vosotras, allí su marido, Dagwood, fue rebautizado como Toribio. En cambio, en las historietas editadas en México que llegaban a la Argentina, estos personajes se llamaban Lorenzo y Pepita."
Álvarez regala unos datos más:
"En algunas de las numerosas películas filmadas entre 1938 y 1950, basadas en estos personajes y protagonizadas por Pennie Singleton y Arthur Lake, puede uno descubrir en papeles secundarios a actores que luego fueron muy famosos; por ejemplo, Glenn Ford, Rita Hayworth y el mexicano Tito Guizar, que apareció en Aires de conga (Blondie goes latin), ambientada en un crucero por Sudamérica."
¡Un diccionario de francés, por ahí!
Escribe, algo indignado, José A. Mendía:
"Mientras el travestismo y los cambios de sexo parecen aceptarse sin asombro, lo mismo ocurre con el género de vocablos extranjeros, y son ya habituales «el» crêpe y «el» mousse en los menús. En LA NACION del martes 2, El Príncipe colabora con tal costumbre y se refiere a ¡«una» vernissage! ¿Será tan difícil tener a mano un diccionario de francés y consultarlo?"
Áreas que son amplias
Hay varios lectores preocupados por el mismo error y María Amelia Gambaro, que es profesora en Letras, explica ella misma en qué consiste:
"Hace unos días registré el siguiente error: el 29 de julio, en la página 6, con motivo de la controvertida instalación de plantas papeleras en Fray Bentos, Uruguay, aparece una bonita foto de la zona y, debajo de ella, el epígrafe que dice: «Desde Entre Ríos puede verse el amplio área (sic) que ocuparán las empresas papeleras en Fray Bentos, Uruguay». Esa expresión merece una sencilla aclaración: los sustantivos femeninos que empìezan con la vocal a acentuada anteponen el artículo definido el; así, debe decirse el área. Cuando estos sustantivos son modificados por un adjetivo, ambos concuerdan en femenino: amplia área. Pero cuando la palabra que comienza con a acentuada, prosódica u ortográficamente, no es sustantivo, se usa el artículo femenino correspondiente: la amplia área ."
Entrecruzamiento de poetas
La memoria humana, aun la más envidiable, suele tener sus lagunas o sus "actos fallidos", según la terminología freudiana, que tanto éxito ha tenido en la Argentina. Debemos a las lectoras Silvia Bayá de Lagache y, nuevamente, María Amelia Gambaro una rectificación muy oportuna: el sábado 30 de julio, en la columna «Rincón gaucho» de la sección Campo, se citan unos versos que el autor del artículo atribuye al poeta Almafuerte (el seudónimo de Pedro B. Palacios). Pero los versos «que lo que el árbol tiene de florido/ vive de lo que tiene sepultado» integran el segundo terceto, coinciden nuestras lectoras, "del soneto «Si...», del ilustre escritor argentino, bastante olvidado, Francisco Luis Bernárdez".
Para los que aman la poesía, será difícil olvidar a Bernárdez (1900-1978), que obtuvo el Premio Nacional de Poesía en 1944 y fue miembro de la Academia Argentina de Letras. Definitivamente porque fue el autor de, entre otros, los libros Alcántara, El buque, Cielo de tierra, Poemas elementales y de los versos claros y enamorados de La ciudad sin Laura . El soneto al que pertenecen los versos anteriormente citados es uno de los más bellos de la poesía argentina y vale la pena recordarlo entero:
"Si para recobrar lo recobrado / debía perder primero lo perdido, / si para conseguir lo conseguido / tuve que soportar lo soportado, // si para estar ahora enamorado / fue menester haber estado herido, / tengo por bien sufrido lo sufrido, / tengo por bien llorado lo llorado. // Porque después de todo he comprobado / que no se goza bien de lo gozado / sino después de haberlo padecido. // Porque después de todo he comprendido/ que lo que el árbol tiene de florido/ vive de lo que tiene sepultado."
Hablamos lo que somos
Desde Puerto Madryn, Chubut, escribe Silvina R. Celín, traductora de inglés:
"El lenguaje, como cualquier expresión del hombre, es un fiel reflejo de lo que somos. Es decir, hablamos y escribimos tal cual somos, y si lo hacemos con faltas de ortografía o errores gramaticales es porque tenemos mucho por aprender. Es evidente que la enseñanza y aprendizaje de nuestra lengua y, por ende, la cultura en general no constituyen una prioridad para los gobernantes de nuestro país."
Totalmente de acuerdo. Pero esta realidad puede y debe cambiar.
Graciela Melgarejo -que reemplazará las próximas semanas a Lucila Castro, de vacaciones- recibe las opiniones, quejas, sugerencias y correcciones de los lectores por fax en el 4319-1969 y por correo electrónico en la dirección dialogos@lanacion.com.ar.




