Refugio
La comodidad suele ir unida al ámbito privado, ese espacio que consideramos seguro. A contramano de quienes vaticinaban su retirada en beneficio de un medio de transporte más ecológico (bicicletas, monopatines y afines), la pandemia le regaló al auto un nuevo protagonismo. Decía una nota reciente del New York Times que este vehículo se convirtió en una suerte de minirefugio sobre ruedas, un capullo que les permite a sus ocupantes estar fuera y dentro a la vez, siempre a salvo del contagio. Desde autocines a manifestaciones, es evidente que el auto ganó un nuevo papel social. Así sea en medio de un embotellamiento, el pie descalzo sobre la ventanilla es metonimia de un sujeto relajado, alguien que decidió vivir esa espera colectiva sin miedo, disfrutando del "distanciamiento social móvil" bajo el cielo que le permite, en ese instante, evadirse del otro encierro.