El lema de Río + 20, "Do it now", nos recuerda que pronto se cumplirán 20 años de promesas incumplidas. Es más corto el tiempo y más fresca la memoria con respecto al incumplimiento de las promesas formulas por la Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (CoP-15), y reiteradas en Cancún y Durban. Además, en cuanto a las obligaciones de los países en desarrollo y la "responsabilidad común" de reducir emisiones han transcurridos más años sin que se tomen medidas.
¿Cómo podríamos definir un punto de inflexión en el entorno socio-económico de un período absolutamente dominado por la competitividad, en tiempos de crisis mundial? Estimo que los gobiernos continuarán esperando que la acción la inicie otro. Sólo se lograrán declaraciones que, como antes, no se cumplirán.
Ante este antecedente, necesitamos una nueva Carta de la Tierra, libre de competitividaes ciegas, sin economías meramente monetarias y un sistema punitorio factible y ejecutable. Necesitamos forzar su implementación tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo, ya que éstos, con su falsa postura de ser menos, también incumplen sus obligaciones. Son pocos los que adoptan las medidas precautorias que impedirían repetir los fracasos de una economía desarrollada con un reconocido espíritu colonialista que se nutre en el actual sometimiento social, también evidenciado por quienes se benefician por la creciente brecha económica entre ricos y pobres. Mientras los niveles de decisión consideren que un colapso ambiental está aún lejano, utilizarán tiempo y acciones en beneficio propio. Carentes de principios éticos, continuarán demorando acciones orientadas a la sostenibilidad del desarrollo.
El autor es físico y meteorólogo, ex copresidente del Panel de Cambio Climático de la ONU
