Volver a los 80
Una de las perlitas del proyecto de ley de presupuesto nacional 2013, que trata el Congreso, es el fuerte impacto que en el gasto público tiene el déficit de las empresas públicas. A tal punto que analistas privados observan que en la actual fase de la era kirchnerista se están reproduciendo los mismos errores que condujeron a la crisis terminal de las empresas del Estado en los años 80.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tiene previsto transferir a las 29 empresas con mayoría estatal algo más de 33 mil millones de pesos en 2013. Esa cifra surge de un gasto estimado de 60.689 millones de pesos y de ingresos propios de 27.123 millones de esas sociedades en su conjunto.
Una de las perlitas del proyecto de ley de presupuesto nacional 2013, que trata el Congreso, es el fuerte impacto que en el gasto público tiene el déficit de las empresas públicas.
Como los ingresos de las empresas públicas apenas equivalen al 45% del total de las erogaciones previstas, la diferencia deberá ser cubierta por el Tesoro Nacional.
Esos 33.476 millones de pesos representan aproximadamente el triple del presupuesto asignado al programa de la Asignación Universal por Hijo y constituyen una importante fuente generadora del déficit fiscal, según un trabajo del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), que dirige Jorge Colina.
Ese dato no incluye el déficit que genera Aerolíneas Argentinas, estimado durante los primeros siete meses de este año en algo más de 11 millones de pesos por día, por lo que los aportes del Tesoro destinados a empresas y sociedades del sector público nacional serían aún mayores. A esto debe agregarse que el presupuesto 2013 contempla una condonación de deudas impositivas de la compañía aérea y otras empresas del grupo, lo cual constituiría un privilegio y la violación del principio de igualdad ante la ley, según la opinión de juristas.
Las mayores erogaciones previstas provienen de la petrolera Enarsa, que recibirá unos 14 mil millones de pesos en 2013, especialmente para afrontar la diferencia entre el precio de importación de los combustibles y su precio de venta en el mercado doméstico.
Comienzan a repetirse los mismos fenómenos que hacia fines de los años 80 llevaron al colapso terminal de las empresas públicas
Para la empresa Aysa se prevé un aporte del Tesoro de aproximadamente 5500 millones de pesos, de los cuales 800 millones se destinarán a obras de infraestructura. El Ferrocarril Belgrano recibirá unos 3200 millones de pesos, que cubrirán exclusivamente el pago de sueldos del personal, en tanto no se han contemplado gastos de capital.
Finalmente, para el sistema de Radio y Televisión Argentina se prevé un aporte de 786 millones de pesos, a los que hay que añadir 289 millones para la agencia Télam.
Según la opinión de Idesa, mientras en países como Uruguay imperan otros criterios, como se advierte en el pedido de quiebra de la aerolínea estatal Pluna, "en la Argentina, las empresas públicas operan como un mecanismo a través del cual se canalizan fondos públicos a un ámbito de gestión donde predominan controles mucho menos estrictos que en la administración pública central", que potencian "el clientelismo, la corrupción y la ausencia de profesionalismo, transparencia y austeridad".
Así, de manera acelerada, comienzan a repetirse los mismos fenómenos que hacia fines de los años 80 llevaron al colapso terminal de las empresas públicas, que legitimó las privatizaciones de la siguiente década. Como la inflación y el desdoblamiento cambiario, se trata de una característica que nos remonta al pasado.