5 propuestas para comer y dormir en bodegas

El Valle de Uco en Mendoza y los Valles Calchaquíes en Salta, tienen sus propias rutas del vino, donde podés conocer in situ donde se hacen los mejores vinos del país, sus cepas, sus terruños y visitar sus bodegas. Pero además, varias de estas bodegas, se animaron a la industria hotelera y gastronómica, de modo que en los últimos años se desarrolló una propuesta para que los visitantes sean mucho más que eso.

Sean huéspedes. Así si vas a ir a alguno de estos destinos, anotá estos hoteles en los que podés hacer una experiencia de inmersión en el mundo del vino, desde dormir y despertarte en un paisaje de ensueño, rodeada de viñedos, montañas, cielos nítidos y el sol dorando el verde del lugar. ¿Te animás? Estos son algunos de los wine resorts que te ofrecen la experiencia de comer y dormir en bodegas y hacerte experta en la cata de vinos.

Casa de Uco Vineyards & Wine Resort

Este hotel boutique en Mendoza ofrece alojamiento en los viñedos desde US$450 por noche para dos personas, $8550 por persona. Incluye desayuno, acceso al spa y bicis. El restaurante tiene menú a la carta basado en productos de la zona. Con reserva, podés almorzar o cenar en la reserva natural del hotel, con un fogón bajo las estrellas. También hay tours en la bodega y degustaciones.

IG:@casadeuco.

Villa Trinidad

Posada nuevísima y de ensueño en una casona antigua, rodeada de los viñedos de Perdriel, en Mendoza. Tiene una súper cocina y zona de fuegos con parrilla y horno de barro para jugar a ser locales. En verano, el programón es participar de la producción de mermeladas, conservas y tomates secos. Queda muy cerca de bodegas que se pueden visitar en bici. ¿Algunos precios? La habitación doble, desde $5000; las villas para 4 personas, desde $7000.

IG: @villa.trinidad.

Espacio Trapiche

El chef Lucas Bustos pensó el menú bajo en el concepto km 0, para acortar la distancia entre el origen de los ingredientes y su cocina. Todo esto, maridado con los vinos de Daniel Pi –el enólogo del año, según el crítico inglés Tim Atkin–. Menú a la carta desde $795 y menú degustación desde $1155 por persona. Están de lunes a domingo, de 10 a 17; y de jueves a sábado, de 20 a 1. Hay tours por la bodega a las 16 y a las 20 y están incluidos en el cubierto. ¿Un souvenir copado? El aceite de oliva.

www.trapiche.com.ar.

Entre Cielos Luxury Wine Hotel & SPA

Un lugar donde se puede vivir desde adentro la vitivinicultura rodeada de elegancia, minimalismo y un estilo contemporáneo único. Este hotel se encuentra literalmente dentro de las viñas de Malbec, en la zona de Vistalba, Lujan de Cuyo, Mendoza. Las habitaciones son cabañas con forma semicircular que se dispersan a lo largo de las viñas, con una vista única del viñedo y de las montañas que lo rodean. El vino de la casa, producto de los viñedos se llama Marantal y viene en 3 variedades: Marantal clásico, Gran Marantal y Rosé. Para comer, el Katharina Bistro ofrece una carta que combina diferentes técnicas de cocina moderna y sabores autóctonos. También tiene un spa en el que podés hacer sesiones de vinoterapia, un trío de tratamientos a base de uva, semillas de uva y extractos que aportan beneficios en la piel y revitalizan.

IG: @entrecielos

Patios de Cafayate, bodega El Esteco

En la zona salteña de los valles calchaquíes, en Cafayate, este hotel aledaño a la bodega El Esteco es un auténtico paraíso. Rodeado de naturaleza, con vistas a los viñedos y a los valles, es un lugar perfecto para descansar y probar las diferentes propuestas enogastronómicas de la provincia, en una finca de estilo vallisto español del siglo XIX.

Podés recorrer la bodega y conocer el proceso de la cepa local, el torrontés, además de otras cepas que fueron traídas desde mendoza, como el malbec o el cabernet. Ademas, podés degustar los vinos de alta gama de Bodega El Esteco que reflejan el suelo de Salta en su plenitud. Vino recomendado de la bodega: Altimus Blend.

IG: @patiosdecafayate

Viajando se aprende a conocer los vinos

Por Tatiana Berghmans*

Conocer de vinos es todo un camino a recorrer, que lleva al disfrute y a la apertura de los sentidos. Y no hay mejor lugar para disfrutar este mundo que donde nacen, rodeados del mismo clima y paisaje que llevó esa botella a llegar hasta nosotras.

En mi experiencia convertirme en una conocedora de vinos pasó por varios factores. Personalmente entendí el punto primordial viajando. Cuando empezás a darte cuenta que el terroir es el factor clave en las expresiones del vino tanto como la cepa es cuando el mundo se abre completamente.

El terroir se refiere a el clima, los suelos, las vides y las personas que las cultivan más allá de el punto cartográfico. Hasta el momento en Argentina y América, en genera, las cepas reinaban como referencias. Es por esto que para empezar a entender de vinos hay que empezar a entender de suelos, de los microclimas, en un lugar puede variar abruptamente la condición en la que se desarrolla la vid, por ejemplo hablando de Lujan de Cuyo se destacaría Vistalba, Tiene una altitud ligeramente superior a las regiones circundantes y, por lo tanto, se beneficia de una mayor exposición a la luz solar y una mejor circulación del aire. Los vinos de este lugar por más que sean de una cepa específica, como podría destacarse el malbec, van a tener particularidades irreproducibles en otras partes de Argentina y el mundo. Y en el momento que comencé a darme cuenta de estas variantes y la apertura infinita que significaba es cuando empecé a valorar esa botella que tenía enfrente de una forma diferente.

*Directora de Les Sommeliers, Curaduría de vinos argentinos e internacionales seleccionadas por sommeliers icónicos de la industria nacional, IG @les_sommeliers

Cómo fue dormir y comer en bodegas

Malena Aráoz, 27 años, fotógrafa

"Me hospedé con mi novio en unas cabañas-containers en el medio de un viñedo con árboles de duraznos (¡que podías comer en el momento!) y atendido directamente por sus dueños. Visitamos la Bodega Andeluna y almorzamos (con reserva) en la Bodega La Azul: ¡fue lo mejor que hicimos en Mendoza! Lo que más me gustó de Mendoza fue la fusión de los turistas y los locales que conviven en un ambiente familiar sin que se pierda la calidez de los lugares. ¡Eso es clave! Otro de mis recuerdos preferidos es la visita a la reserva de Potrerillos: un paisaje alucinante con el agua de color turquesa y vistas espectaculares que todavía disfruto en mi memoria.".

FB: @BodegaAndeluna

Si estás solo de paso, visitá una bodega

Si estás de paso, o viajás con chicos, podés visitar algunas de las cientos de bodegas que hay en las rutas del vino. Te pasamos data de Bodegas Cruzat que tiene actividades piolas para los más chiquitos. Esta bodega cuyana se especializa en la producción de espumosos bajo el método tradicional o champenoise y todas las degustaciones incluyen un recorrido completo por sus viñedos, área de producción y cava. Su programa familiar es un entretenido recorrido por la fábrica, donde chicos y grandes aprenden sobre todos los procesos: viñedo, producción, degustación (solo adultos) y práctica de aromas. Mientras los mayores prueban 3 espumosos a su elección, los peques diseñan y pintan la etiqueta para la botella que Cruzat regala a los adultos. Dura una hora. Costo por adulto: $ 430 / Niños menores de 18 años: sin costo. Incluye: colores y hojas para dibujar. 1 botella de Espumoso Premier Extra Brut por familia. Este programa puede realizarse todos los días, sábados y feriados inclusive. Se requiere reserva previa.

IG: @bodegacruzat

¿Qué te parece este plan? ¿Te gusta la idea de dormir rodeada de viñedos? También mirá: 4 destinos nacionales para estas vacaciones de verano y 12 lugares para visitar si vas a la ciudad de Mendoza

Experta consultada: Tatiana Berghmans, directora de Les Sommeliers, www.elitedesommeliers.com

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