De fiestas y de Gatsbys
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Siempre pienso que nada es casual, que hasta el más mínimo detalle o situación se nos presenta por algo y me encanta descifrar por qué. A veces la respuesta llega sola o simplemente eso que veo tiene mucho que ver con mi presente y nada más, pero eso me dice mucho. En la ficción, por ejemplo, muchas veces veo reflejada mi realidad y puedo analizarla mejor, aprender a aprenderla.
Hace un par de días vi la película El Gran Gatsbyy jamás pensé que pensaría tanto en ella. Porque tiene mucho de show, de despliegue más bien estético, una glamorosa película y punto. De esas que se te olvidan a la media hora aunque quedaste extasiada por las imágenes. Trata de un magnate famoso, súper dandy, que organiza las mejores fiestas del mundo. También hay una historia de amor, muy predecible.
Y me quedé pensando por dos motivos. Uno que se relaciona a mi profesión y al estilismo: las fiestas que se recrean en esta película tienen una ambientación inspiradora, son tan fantásticas que no hay detalle librado al azar, con sólo mirarlas uno se divierte y la pasa tan bien. Al margen de que son enormes y, como en toda fiesta grande, son miles las historias que se dan. Mundos paralelos pero unidos por la fiesta. Valoro enormemente el trabajo de los estilistas, sin ellos, sin sus ideas, todo lo que los diseñadores y las modelos mostramos no tendría marco, no habría contexto, sería difícil explicar la historia. Y como en una fiesta, en un desfile el escenario, las luces, la música y los invitados son clave. Tengo la oportunidad de ir a fiestas casi tan parecidas como las de esta película y muchas veces me las paso mirando todo e imaginando las manos que hicieron que tal fuente esté en donde esté y que tales flores cuelguen de tal manera.
Y el otro motivo por el que pensé bastante en esta película fue el protagonista, el Gran Gatsby, ese hombre en apariencia tan poderoso, seductor, sensible, inteligente y encantador, por el que las mujeres morimos. Sí, tod@s, aunque sea en sueños, aunque sea una vez en la vida, aunque sea pantalla de por medio, aunque estemos casadas con hijos y amemos a nuestra pareja que en nada se le parece, aunque critiquemos ese modelo de hombre llamándole frívolo, aunque pensemos que seríamos infelices a su lado, aunque no registremos esa admiración y pensemos que es ficticia. Aunque conozco y veo tantos Gatsby en este ambiente, aunque podría predecir sus pasos y sus conquistas, aunque nos quieran por lo que hacemos más que por lo que somos. Así y todo nos conquistan. Aunque sea por 140 minutos. O por una noche en una fiesta inolvidable.





