Muchas gracias por tanto
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Si para algo nos preparamos las modelos, directa e indirectamente, es para la exposición. Desde muy chica tuve en claro que mi carrera implicaba mostrar, exhibir eso que otro hace para que los demás lo vean moverse con vida, para que lo vean sobre mi cuerpo. Quizás por esto, siempre me interesó también cultivar mi interior, querer progresar como persona más allá de la belleza física. Siempre busqué, y mucho más estos últimos años, sentirme más completa, ser una forma con un fondo que crecen a la vez.
La explosión mediática que desató el post anterior, sobre el traumático y doloroso momento que viví por recibir una cachetada de un taxista desequilibrado en París, me sorprendió, me desconcertó porque no lo esperaba, de hecho no se lo había contado a mucha gente de Argentina, era todo muy reciente y estaba desesperada porque fuera martes para mandar el post a la revista y desahogarme expresando mi acompañamiento a quienes sufren estos abusos, especialmente las mujeres. Y todo este destape en la televisión y en los diarios aturdió un poco y me sorprendió, especialmente, por la gran solidaridad para conmigo, que estoy lejos físicamente y que no recurro a los medios por temas tan íntimos, si no todo lo contrario. Claro que el blog es público, pero jamás especulo con él para figurar por ahí o ser noticia, mucho menos con un caso de tanta angustia.
Cada vez que corro al blog para contarles algo de mi vida siento que lo hago frente a un grupo de amigos, incluso íntimos. Y así fue la respuesta que recibí de todos ustedes: mensajes que me abrazaron con todo el cariño, dándome la fe, las fuerzas y el coraje para seguir adelante sin detenerme en lamentos ni dolores inevitables. Mensajes de alegría y confianza. Escribió gente que incluso nunca comenta y quienes lo hacen seguido pusieron su voz alta en el cielo para que yo no cayera, hasta hubo quienes se fueron a Twitter y me dejaron sus palabras de ánimo. Por parte de los periodistas que me llamaron se dio algo parecido, aunque más desde lo profesional. Fueron sumamente respetuosos y amables. Ayer estuve todo el día en Londres trabajando en una producción de estudio eterna y mi teléfono no paraba de recibir mensajes, pero la disciplina que exige mi trabajo me impidió incluso conversar con ellos por unos segundos. Al mismo tiempo, mis amigas y familiares me contaban que replicaban el caso en la televisión y mis cuentas de mail también explotaron con mensajes tranquilizantes. Las emociones encontradas me tuvieron por momentos ausente.
Para enfrentar esta exposición y cuando de un tema tan sensible se trata, por sentirte herida en la dignidad ante todo, no nos prepara nadie, ni el mejor de los consejos ni la vida ni las circunstancias. Ya lo dije más de una vez: puedo caminar la pasarela más larga o posar en ropa interior y después ver la gigantografía en Lugones, pero cuando del corazón se trata, hay que estar muy entero para mirarse y escucharse al tiempo que lo hacen millones de personas.
Este post es de un inmenso agradecimiento. A Tod@s ustedes, a quienes son parte de este blog tanto como yo (la lista cada vez se alarga un poco, nombrarlos a todos sería injusto porque una regla de oro de un blog es que los posts sean más bien cortos) y a quienes lo miran de lejos pero pasan e igualmente me acompañan.
¡Muchas gracias por estar y por la banca! Sepan que estuvieron muy cerca de mí estos días y que leerlos fue gratificante para las heridas. Ojalá quienes atraviesan por situaciones parecidas, e incluso mucho peores y constantes, tengan mi suerte en encontrar tanto amor sanador. También decirles que estoy en campaña para desarrollar una serie de ayudas contra la violencia de género, desde mi humilde espacio pero con todo el compromiso. Recibí llamados de numerosas instituciones que se dedican justamente a esto, así que mi aporte ya está en marcha.
Ahora soy yo la que los abraza fuerte fuerte y con un GRACIAS que será eterno.





