Ataque contra Cristina Kirchner: el abogado del cuarto detenido dijo que “no es un asesino” y acusó a la Justicia por engañarlo para arrestarlo

El abogado de Nicolás Gabriel Carrizo, el “líder” del grupo de vendedores de copos de azúcar y cuarto detenido en la causa que investiga el atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, aseguró hoy que su defendido fue engañado por la Justicia para ser detenido el pasado miércoles. Gastón Marano, el letrado, también aseguró que el joven, que declarará en el marco de la investigación, “no es un asesino”.

En las puertas de Comodoro Py, respondió preguntas a la prensa y destacó: “Él [por Carrizo] no es un asesino de ninguna manera, va a quedar claro que es un laburante que le daba trabajo a otras personas y en ese marco se ha cruzado con las personas menos idóneas para tenerles confianza”.

Además, aseguró que Carrizo fue detenido cuando lo llamaron para que retirara su celular, por lo cual denunció que fue “un ardid” innecesario, ya que el joven no tenía pensado fugarse debido a que la relación con los imputados en la causa, Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel, era solo “comercial”.

Tras ello Marano habló de irregularidades en la causa y señaló que “en casi 20 años de ejercer el derecho penal” nunca vio que una persona fuera “engañada por un órgano judicial para acercarse a las dependencias con el pretexto de realizar un trámite”. Así, señaló que Carrizo había sido llamado para que retirara “el celular que voluntariamente había llevado y que le exigieron que dejara”, pero cuando llegó “al despacho del juzgado le dijeron que no había celular y que quedaba detenido”.

El abogado aseguró también que Carrizo “estaba ubicable”, que incluso “hay notas de él dando declaraciones” desde su casa y que “no había necesidad de recurrir a ningún ardid”. Luego, dijo que ayer él y su equipo no pudieron acceder al sistema del Poder Judicial para analizar la causa previamente a la declaración del detenido.

“En el marco de las irregularidades, personal de mi equipo y yo, ayer hasta las cuatro de la mañana, tuvimos que estudiar 18 cuerpos de actuación sin poder ingresar al sistema del Poder Judicial hasta hoy a las 7 y media de la mañana. Debo asumir de momento que es simplemente un problema informático”, dijo.

Consultado sobre qué tipo de relación tiene el detenido con Uliarte y Montiel, aseguró que “él [por Carrizo] no tenía ninguna idea de la intención criminal de estas dos personas” y que al grupo solo “lo une un vínculo comercial, tenían una changa de vender copos de azúcar en lugares de multitud, él tenía una máquina, los producía, les vendía el producto a los dos procesados y ellos lo vendían en distintos lugares”.

Al ser consultado sobre por qué mintió al decir que no estuvo en las cercanías del departamento de la vicepresidenta, cuando hay filmaciones que señalan que estuvo allí, Marano se excusó de contestar y aseguró que recién hoy tendrá acceso a las “supuestas pruebas” y que luego de analizarlas y hablar con Carrizo podrá dar respuestas. “Yo voy a dejar que sea él mismo quien dé respuestas”, indicó.

Cuarto arresto por el ataque a Cristina Kirchner

Nicolás Gabriel Carrizo fue detenido el miércoles por la tarde por orden de la jueza María Eugenia Capuchetti por su presunta responsabilidad en el atentado fallido contra Cristina Kirchner. Lo arrestaron en el tercer piso de los tribunales de Comodoro Py, cuando se presentó en el juzgado a retirar su teléfono celular, que le habían retenido el lunes 5 de septiembre, día que él se presentó voluntariamente a declarar en la causa.

Tras el ataque de Fernando Sabag Montiel a la vicepresidenta, Brenda Uliarte, hoy acusada de tentativa de homicidio, se comunicó con Carrizo y se encontró con él y otros miembros del grupo de vendedores de algodones de azúcar en Barracas.

Así lo había relatado el propio Carrizo en los tribunales, en una declaración conjunta con otros tres hombres que se identificaron como del mismo grupo laboral, al que también pertenecía Fernando Sabag Montiel, el hombre que gatilló el arma a centímetros de la cabeza de Cristina Kirchner el 1° de septiembre. En aquella testimonial, Carrizo se identificó como el jefe de todos ellos por su condición de dueño de la máquina de hacer copos y de la garrafa que la alimentaba.

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