Con apoyo peronista, Vidal quiere aprobar el presupuesto el jueves

Aún sin un pacto cerrado y con las negociaciones abiertas durante el fin de semana, María Eugenia Vidal aspira a aprobar el presupuesto y la autorización de endeudamiento el próximo jueves. Esa fue la intención transmitida a la comitiva del PJ que pasó ayer por la gobernación.

El grupo de intendentes y legisladores peronistas arrimó una carpeta que hacía exclusivamente foco en la suma extra de reparto de fondos a municipios, un botín que emerge como la verdadera llave para destrabar el conflicto. Allí bosquejaron tres alternativas de mecanismos para plasmar la ejecución de los recursos, que pretenden se liquide de manera automática y el grueso sea empleado para obras de infraestructura. Otro poco, argumenta, sería para solventar gastos que corresponderían a la provincia, como combustible para patrulleros y medicamentos.

Los caciques creyeron leer un guiño cuando el ministro de Gobierno provincial, Federico Salvai, deslizó que le parecía un plan "razonable", según relataron a LA NACION varios testigos del encuentro. Eso sí: el PJ reclama $ 15.000 millones, mientras que en el gobierno provincial bajan bandera en $ 10.000.

De la cifra que se cierre, señalan, dependerá el acuerdo por el paquete total de endeudamiento que aspira la provincia. Si bien el proyecto original de Vidal establecía una necesidad de financiamiento por más de $ 100.000 millones (cinco veces más de lo que le habían avalado a Daniel Scioli el año pasado), sólo conseguiría el respaldo peronista por un monto menor, casi la mitad de lo solicitado.

Es una jugada para leer en clave política: así, la gobernadora se verá forzada a pedir otra vez auxilio al PJ, si se ve urgida, para pasar con éxito el trámite legislativo para contraer deuda. ¿Por qué? Aunque la alianza táctica con el Frente Renovador le garantiza el número para aprobar proyectos que sólo requieren mayoría simple, no puede hacerlo en este caso, cuyo requisito para su sanción es contar con dos tercios de los votos.

Del otro lado, en el peronismo decodificaron como un "intento de apriete" la supuesta sugerencia atribuida a Sergio Massa para que Vidal rompa la negociación, decretar la emergencia financiera y modificar la carta orgánica del Banco de la Provincia de Buenos Aires con el propósito de hacerse de fondos. "No lo pudieron hacer ni Cafiero ni Ruckauf, es inconstitucional, no nos van a asustar con eso", retrucó un jefe comunal del PJ.

Salvai se los descartó, cara a cara, pero les queda la duda de hasta dónde no actúan, de a ratos, el papel de "policía bueno" y "policía malo" con el tigrense, al que creen que Vidal le otorgó una fenomenal cuota de poder, aunque no haya bastado para canalizar esta negociación.

Salvai prometió analizar la propuesta con sus equipos e ir dialogando sobre el fin de semana. Aunque la intención era tratarlo en el recinto el martes, la sesión se pasaría para el jueves. Desde ambos lados resaltaron que fue una reunión "cordial", más allá de un cruce por la represión en La Plata. Sentado al lado de Salvai estuvo José Ottavis, jefe de bloque de Diputados al que virtualmente los jefes comunales le "intervinieron" la bancada luego del fracaso de la estrategia parlamentaria.

Convertido en noticia del espectáculo por su affaire con Victoria Xipolitakis, comparte la interlocución con una mesa ampliada. Ayer estuvieron los diputados Walter Abarca y Fernando Navarro, y se sumaron los camporistas César Valicenti y Santiago Révora. También participaron los senadores Marina Moretti, Fernando Moreira y Juan Manuel Pignocco. De los intendentes hay un staff más estable: Mariano Cascallares, Fernando Gray, Gabriel Katopodis, Alberto Descalzo, Hugo Corvatta, Eduardo Bucca y Juan Pablo De Jesús.

La incógnita que rodea las conversaciones es qué impacto tendrá en el bloque del FPV en Diputados, donde hay una rebelión interna. Aunque el objetivo es hacer causa común, nadie arriesga si terminarán votando juntos.