Con el impacto de los piquetes la izquierda capitalizó el paro

Rechazados por el sindicalismo tradicional, los piquetes volvieron a ser la vedette de la medida de fuerza de ayer, lo que sirvió a las agrupaciones de izquierda para lograr un rol activo y determinante en la jornada. Según expresaron algunos de sus dirigentes a la nacion, en total fueron unos 50 cortes los que protagonizaron en todo el país, con epicentro en la Capital y el conurbano.

Como sucedió el 20 de noviembre de 2012 y el 10 de abril último, aunque en esa oportunidad prácticamente no hubo transporte, las organizaciones de izquierda realizaron piquetes y cortes de rutas en los accesos a las grandes ciudades.

"El paro fue un éxito pese a que la UTA no adhirió. Hay que destacar que no sólo pararon los trabajadores de los gremios que convocaron a la protesta, sino que fue muy fuerte en los sindicatos que no participaron", dijo a la nacion Néstor Pitrola, líder del Partido Obrero.

El gremialista de la industria gráfica, que estuvo presente en el piquete que se realizó en el puente Pueyrredón, también destacó el protagonismo "extraordinario" que tuvo la izquierda. A la vez, hubo cortes en la zona del Obelisco, en la Panamericana (kilómetro 31), en la ruta 3 y Camino de Cintura, en el hospital Posadas (acceso oeste), el puente La Noria y en el acceso a la autopista a La Plata, entre otros.

"Nuestro programa es diferente al de Moyano y Barrionuevo, pero como nosotros disputamos el control de los sindicatos no podemos darles la espalda a los trabajadores cuando deciden protestar", explicó Pitrola, que también criticó a la Presidenta: "Refutamos a Cristina Kirchner. A su izquierda no está la pared, está el movimiento obrero".

Sólo el pragmatismo explica la sociedad entre el gremialismo clásico y el peronista.

Así lo manifestó Christian Castillo, diputado bonaerense por el PTS en el Frente de Izquierda: "No tenemos un acuerdo con Moyano y Barrionuevo, pero seríamos necios si no participáramos. Lo que quedó claro fue el avance de la izquierda en el movimiento obrero, frente a la posición de paro dominguero que hizo el sindicalismo tradicional".

Desde la izquierda celebraron que no se hayan producido hechos de violencia y ratificaron la modalidad de protesta. "El piquete sirvió para que se dé el éxito del paro. Además, ayuda a contrarrestar la amenaza de sanción que sufren los trabajadores que quieren parar y no los dejan", dijo Castillo.

Un solo hecho denunció el Gobierno. La encargada de hacerlo fue la jefa del Estado, que acusó la existencia de un "atentado contra los vagones" del ferrocarril Sarmiento (ver página 8). Florencio Randazzo responsabilizó al gremialista ferroviario Rubén Sobrero.

"¿Cuál es el atentado? ¿Una bolsa de basura? Es ridículo. Les duele que el paro fue muy fuerte e intentan desviar el tema", respondió el Sobrero.

Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa, destacó en diálogo con La Once Diez que el paro "fue superior" al de noviembre de 2012, y pese a que destacó que la Argentina no se encuentra en un escenario similar al que disparó la crisis de 2001, "es tiempo de cuidar lo conseguido".

Vilma Ripoll, en tanto, dijo que la medida de fuerza "fue importante y activa. Si el Gobierno sigue sin escuchar, que se prepare porque se va a profundizar la conflictividad. Los cortes fortalecieron los reclamos", analizó la dirigente del MST-Nueva Izquierda.

Humberto Tumini también cargó contra el Gobierno. "Bien haría la Presidenta en escuchar a la sociedad sin descalificarla. Mucho mejor si pone manos a la obra para resolver los reclamos antes de que el desbarajuste sea mucho mayor. Y no por culpa de [el juez Thomas] Griesa y los fondos buitre, sino por su pésima gestión", dijo el secretario general de Libres del Sur.