Dudas en el Gobierno sobre el acuerdo con México para frenar la inflación

“Contagiado” de inflación, una enfermedad que los argentinos conocen de sobra, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador busca un acuerdo con el gobierno de Alberto Fernández y otras naciones vecinas (Brasil, Colombia y Cuba) que le permita abrir sus fronteras comerciales aunque con parámetros controlados y acordados con sus socios del continente para morigerar el alza de precios.

El propio Presidente dio indicios de aquel pedido, que ya tiene casi diez días, al afirmar que recibió el llamado de su par mexicano para “lanzar un acuerdo con Brasil, Colombia y Cuba, que suman entre todos la mayor parte del PIB de la región, para ayudarnos con un problema que es común a todos nosotros, como lo es la inflación”, según expresó el primer mandatario a Ambito Financiero.

La mecánica para viabilizar el pedido de López Obrador es en principio simple: armar un listado de productos canjeables, sin aranceles, entre los países participantes. “La idea es abrir la importación para que bajen sus precios internos”, afirma un diplomático argentino que conoce la trama del eventual acuerdo, aún más que incipiente, y se muestra sorprendido por el “giro aperturista” de López Obrador.

En un ámbito marcado por el hermetismo, LA NACION pudo saber que México intenta con Argentina un acuerdo para importar, en principio, productos alimentarios como ajo, arroz crudo o pulido, carne de res, cebolla blanca, limón, maíz, soja en distintas variedades (pellet, aceite y pasta, más trigo.

Algunos de esos productos, sobre todo la soja, es compartida con Brasil, aunque desde la embajada de ese país en Buenos Aires afirmaron no tener conocimiento del asunto, que parece estar, aún, más en la cabeza de los dirigentes que en el terreno concreto.

Desde México, eso sí, distintas carteras trabajan en la detección de productos de sus vecinos que puedan cuadrar en su intento por frenar la inflación, y hasta se rumorea que López Obrador podría, vía decreto, abrir la importación de esos productos. La decisión generaría, por cierto, roces de Argentina-y eventualmente Brasil-con sus socios del Mercosur (Uruguay y Paraguay), que desde hace rato piden la rebaja de aranceles a la importación de productos extranjeros, a muchos de los cuales Argentina se opone.

Mientras desde Cancillería afirmaban “no tener información” sobre el asunto, y negaban la existencia de borradores de esos eventuales futuros acuerdos, y con el canciller Santiago Cafiero entre Bangladesh (reinauguró la embajada en ese país) y la India, desde el Ministerio de Economía que encabeza Sergio Massa también reconocieron no estar, aún, involucrados en un intercambio eminentemente comercial. Tampoco hubo respuesta desde la embajada argentina que encabeza el exministro de Trabajo, Carlos Tomada.

“Nadie de México, que es el que está con la iniciativa, llamó a Massa por ese tema”, afirmaron desde el quinto piso del Ministerio de Economía. Reconocen, por lo bajo, que el Presidente le avisó a Massa “que lo iban a llamar hace una semana” por este tema, pero por el momento el llamado no llegó.

Desde Economía, además, afirmaron que “por ahora” no conocen “ni la propuesta ni el mecanismo ni la idea”, y que están “a la espera” de que alguien les acerque “al menos un paper para ver de qué se trata”. LA NACION también se comunicó con la embajada de Colombia en el país, y también prometieron “averiguar” en qué estado están las tratativas para el “clearing de productos” que imagina el presidente mexicano para bajar de modo drástico los precios de la canasta alimentaria de su país.

La charla de López Obrador y Fernández se produce en un momento de cierta frialdad en el ámbito bilateral. A diferencia del inicio de su mandato (viajó a México en noviembre de 2019, un mes antes de asumir) cuando todas eran promesas de trabajo conjunto, hoy Fernández privilegia su vínculo con el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva. López Obrador, que faltó hace un mes a la cumbre de presidentes de la Celac en Buenos Aires (no suele viajar al Exterior, salvo a su vecino del norte Estados Unidos), se diferenció de Argentina en su tratamiento de la crisis política en Perú, y pidió durante varias semanas el retorno al poder de Pedro Castillo, quien luego de intentar cerrar el Congreso fuera destituido de su cargo.

Con una fecha tentativa para la reunión-el Presidente habló del 17 de marzo, aunque aún no hay confirmación de lugar ni de modo de realización-ambos presidentes podrían cruzarse además en la Cumbre Iberoamericana, que España organiza este año en República Dominicana, los próximos 24 y 25 de marzo. Una cita para la cual Fernández ya tiene presencia confirmada.

Por Jaime Rosemberg

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