Edificio de Evita: hubo quejas de empresarios
Los reclamos surgieron ante inesperados cambios en la licitación de las refacciones.
"Era obvio que no podíamos participar de la licitación . Nos indicaron que no nos presentáramos y ahí se terminó la historia." En estricta reserva, desde una de las empresas interesadas en el proyecto, revelaron cómo el Ministerio de Planificación manejó la restauración del edificio de Eva Perón, que costó $ 110 millones .
Fueron dos resoluciones oficiales las que cambiaron el rumbo del proceso. Primero, se modificaron las condiciones para participar del concurso. Luego, se aceleraron los plazos para concretar la adjudicación.
Las medidas perjudicaron directamente a dos de las empresas interesadas en realizar la obra. Desconcertadas, las firmas elevaron sus quejas e interpusieron recursos administrativos, pero sólo encontraron la negativa del Estado.
En la primera licitación, Bricons-Lanusse SA había realizado la mejor oferta: propuso realizar la obra por $ 87 millones, pero fue rechazada por considerarla elevada.
Semanas después, el Ministerio de Planificación adjudicó la refacción a Teximco SA, con un aumento de $ 36 millones en el presupuesto.
Bricons-Lanusse objetó la decisión de revocar la primera licitación e interpuso una reconsideración, pero el pedido no fue tenido en cuenta. "Nos encontramos con una respuesta muy dogmática. Estaban decididos a hacer otra licitación", señaló Julio César Crivelli, el abogado que presentó el recurso administrativo. Y agregó: "No es habitual que el Estado anule un concurso".
Desde que LA NACION reveló irregularidades en la refacción del edificio de Eva Perón, el Ministerio de Planificación Federal no respondió ninguna de las reiteradas llamadas para solicitar información y aclaraciones.
El primer y el segundo pliego presentaban textos iguales, con una excepción: se agregó como requisito que las firmas interesadas debían contar con antecedentes en restauración de monumentos históricos, elemento que no había sido contemplado en un principio.
Consultado por este medio sobre los motivos que evitaron que Bricons-Lanusse ofertara en la licitación definitiva, Daniel Raspagliesi, director de la firma, fue contundente: "No nos presentamos porque no reuníamos los nuevos requisitos impuestos".
Teximco, la empresa ganadora, contaba con esos antecedentes: había remodelado la Basílica de Luján, una de las primeras obras de Néstor Kirchner, a mediados de 2003.
Creaurban SA se interesó en el proyecto desde el comienzo. Se presentó en el primer concurso y en el segundo compró el pliego, pero no ofertó.
Cuestionamientos
Al notificarse de las nuevas condiciones, la firma también cuestionó la decisión. "Entendemos que se ha deslizado un error involuntario, ya que por tratarse de un segundo llamado a licitación de la misma obra, no deberían modificarse los requisitos", dice el recurso administrativo remitido por la firma al subsecretario de Obras Públicas, Abel Fatala.
La celeridad del proceso también desconcertó: desde la anulación del primer concurso hasta la adjudicación pasaron 78 días.
"Tenían una urgencia importante, porque manejaron tiempos récord", señaló uno de los profesionales involucrados en la situación.
El tiempo anuló las posibilidades Creaurban, la única empresa en condiciones de competir con Teximco.
En el escrito antes mencionado, la firma le reclamó a Fatala una extensión de 30 días por considerar que la apertura de sobres se había producido antes de lo convenido. El Ministerio de Planificación Federal se la negó.
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