El arzobispo de La Plata pidió por los excluidos: defendió a los cartoneros y a los presos

LA PLATA.- El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, advirtió sobre las deficiencias de la democracia en la Argentina. “Lo más serio es que esta democracia no termina de incluir a todos”, dijo, en un discurso en el que reclamó más inclusión. Pidió por los pobres, los presos y los cartoneros.

Ante el gobernador Axel Kicillof y la vicegobernadora Verónica Magario, el arzobispo Fernández encabezó el Tedeum en la Catedral de La Plata y habló del pecado de “ningunear a los pobres”. Y sostuvo que la democracia “se envilece a sí misma cuando deja a algunos afuera”.

En una ceremonia convocada para celebrar los 40 años ininterrumpidos de democracia en el país, monseñor Fernández -una de las voces del Episcopado más cercanas al papa Francisco- destacó el valor histórico del acontecimiento que marcó una bisagra en 1983. “Nosotros la damos por obvia, como si no fuera posible volver a perderla. No necesariamente por algún golpe violento, porque además de los golpes militares están los golpes cívicos, empresariales, y muchas maneras sutiles de destrozar la democracia”, dijo Fernández.

Fernández profundizó en la defensa de los excluidos, en las personas abandonadas, desamparadas, sumergidas en la miseria. Y pidió a las personas que tienen poder “que expresen esa dignidad secreta de cada ser humano. “Esta mirada llega profundo, va más allá de los errores que esa persona pueda haber cometido, más allá, traspasa todo”, dijo el arzobispo.

Y prosiguió: “Entonces, si mejoro una cárcel para que no haya hacinamiento, para que sea un lugar más digno le estoy diciendo: ´Mirá, vos te equivocaste y no te lo vamos a disimular, pero seguís siendo un ser humano, seguís teniendo una dignidad, aunque muchos no la reconozcan, no te declares enterrado en vida, vamos para adelante, vos valés´. Esta es la mirada que está detrás, como fundamento de fondo en toda defensa de los derechos humanos, que hoy son ineludiblemente derechos sociales”, remarcó.

Terminada la ceremonia, Kicillof reivindicó el discurso del arzobispo, pese a los cuestionamientos a las cárceles que en esta provincia tienen una superpoblación estructural desde hace décadas.“Tenemos que reflexionar sobre hasta dónde se puede ser indiferente con los que menos tienen”, acordó el gobernador. “En un año electoral, si no analizamos esto, vamos a ir a mal puerto”, expresó.

“Lo menos relevante son los nombres. Estamos cumpliendo 40 años de democracia, que está en peligro y que aún tiene sus fragilidades”, dijo tras recordar el atentado a Cristina Kirchner.

El gobernador llamó a evitar profundizar la grieta, pese a que criticó a la oposición. “Hay que ser amplios, contener a todos los sectores”, dijo. Se refirió a las críticas del macrismo por el acto de la vicepresidenta en la Plaza de Mayo. “No quiero polemizar con quienes critican un 25 de Mayo con palabras de grieta, de división, para sacar un voto”, manifestó.

En el Tedeum platense estuvo también el intendente local, Julio Garro (Juntos por el Cambio),. El arzobispo Fernández pidió “a los que tienen poder político que vean la dignidad para estas personas”, en referencia a los pobres, los presos, los cartoneros y los excluidos del sistema.

Derechos sociales

Fernández, quien conversó con Francisco sobre la ceremonia en la Catedral, pidió ante Kicillof cárceles dignas, como una “última defensa de los derechos humanos, que son derechos sociales”.

Ante representantes de distintas comunidades religiosas y miembros de la comunidad civil, el arzobispo expresó: “La democracia es para todos. Hoy quise invitar a compañeros y compañeras que trabajan en el reciclado, a los amados cartoneros, para reconocer que nuestra democracia es también para ellos y se envilece a sí misma cuando deja a algunos afuera”, dijo.

Agregó que la sociedad debe preguntarse cómo hacemos para que vivan dignamente aquellos que no pueden elegir su trabajo, con un salario digno, para que puedan descansar y hacer algo que les alegre el alma.

Participaron en el Tedeum representantes de distintas comunidades religiosas; entre ellas las del judaismo, hinduismo, mormones y afroumbandas. Proclamaron las lecturas Susana Palladino de la Iglesia Metodista; Agustín Marcof, director del servicio religioso de la AMIA-La Plata, y Pablo Rubén Azar, de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía. Elevaron oraciones Inderveer Kaur, de la fe Sikh y Mariela Plaza, de la Iglesia de los Santos de los últimos días. Al final, realizó una oración por la Patria el Pastor Juan Zuccarelli, presidente de la Federación de Pastores evangélicos de la provincia de Buenos Aires.

Al concluir la ceremonia, el arzobispo Fernández informó a LA NACION que anticipó a Francisco la celebración en conmemoración de los 40 años de la democracia y aseguró que el pontífice se puso feliz por el festejo.