El establishment del peronismo alternativo
Brito y Vila mantienen reuniones con expresiones de la oposición; buscan alentar opciones para que Macri no sea reelegido; el regreso de David Martínez
Mauricio Macri reconoció en un encuentro privado la volatilidad inédita del panorama electoral. Mantiene inalterable su convicción de que el futuro terminará por dirimirse entre su candidatura y la de Cristina Kirchner, pero alrededor los acuerdos son inestables. ¿Aceptará una apertura de Cambiemos? ¿Logrará contener una fractura en la UCR? ¿Terminará por emerger una opción a la polarización? La política se volvió vaporosa. Y tampoco domina la claridad en las filas alternativas. El último gesto de Sergio Massa, quien en una conferencia de prensa la semana pasada le devolvió a Cristina Kirchner el lugar de líder de la oposición, desparramó malestar en toda el ala del peronismo que intenta construir una opción sin retroceder al kirchnerismo.
Para Lavagna, Miguel Ángel Pichetto y los gobernadores que añoran una candidatura sin el apellido Kirchner en la boleta, la definición de Massa fue una confirmación de sus negociaciones con el kirchnerismo. Otros lo atribuyeron a los consejos de "el español", una forma de llamar al asesor Antoni Gutiérrez-Rubí que pasa por alto su lugar de nacimiento, Barcelona. Los consejos apuntan a pararse en la oposición, sin matices. De ahí las lecturas que consideran que el asesor lo lleva a exagerar el perfil opositor.
Massa alegó que fue malinterpretado. "Yo dije que iba a mandar una carta a Macri y otra a Cristina, pero todos terminaron hablando de mi frase sobre Cristina. Llamé a un acuerdo amplio, pero la grieta nos hizo perder capacidad de análisis", se lamentó frente a la reacción de su conferencia. El problema es que también el kirchnerismo lo interpretó como la ratificación de una alianza, como lo subrayó públicamente Andrés "el Cuervo" Larroque al tiempo que confirmaba las largas negociaciones entre massismo y cristinismo a través de múltiples canales.
Los socios peronistas en Alternativa Federal también siguen con atención los movimientos de una parte muy singular del "círculo rojo", un arco que atraviesa empresarios que prefieren cualquier alternativa antes que la reelección de Macri. El banquero Jorge Brito es una figura destacada del grupo, comensal de la cena del Club Hípico que reunió a las figuras políticas del peronismo alternativo y empresarios como Sebastián Eskenazi y Daniel Vila.
Si bien no estuvo invitado a la cena, a Eduardo Eurnekian, de Aeropuertos Argentina 2000, también le atribuyen simpatía con los adversarios de la Casa Rosada. Es posible que su inclusión en la causa de los cuadernos de las coimas haya definido sus preferencias. Eduardo Valdés, el dirigente kirchnerista que anticipó la investigación contra el fiscal Carlos Stornelli, encontró cobijo en la empresa de Eurnekian en momentos en que la política le era esquiva. No hizo falta cuando fue embajador en el Vaticano. Ahora, el activismo de Valdés contra la investigación que tiene a Eurnekian entre los imputados es seguramente resultado de la casualidad.
Los reacomodamientos electorales del universo económico también exhibieron el regreso de David Martínez, el magnate mexicano dueño de una parte de Telecom y socio del Grupo Clarín. Su interés por la marcha de las elecciones lo llevó a viajar esta semana a la Argentina y reunirse con dirigentes políticos. Tiene mucho en juego en la Argentina.
En su estadía en Nueva York, recibe encuestas sobre los candidatos y se las devuelve comentadas a sus interlocutores argentinos. Antes se había entrevistado con Miguel Ángel Pichetto en Estados Unidos. Las preguntas sobre los candidatos fueron puntuales. Martínez, quien hizo negocios durante el kirchnerismo a partir de su fondo Fintech, con asiento en Delaware, y ahora atraviesa una incomodidad: la agencia norteamericana Bloomberg informó que los Estados Unidos evalúan sanciones contra Martínez por su asesoramiento financiero al régimen de Nicolás Maduro, en momentos en que el Tesoro norteamericano había impuesto restricciones a Venezuela.
Las autoridades norteamericanas se encargaron también de recordar que Martínez había estado en Caracas en diciembre pasado para llevar adelante "acuerdos que aliviarían la contracción del efectivo del gobierno" venezolano. Desde Cristina Kirchner hasta Nicolás Maduro, los negocios de Martínez parecen tener un eje bolivariano. En 2017, Fintech le entregó al gobierno de Maduro un préstamo de 300 millones de dólares respaldado por bonos. Ahora parte de su interés apunta a conocer el futuro político de la Argentina.
La advertencia de los Estados Unidos ratificó sus prioridades en la región. No le alcanzaron a Martínez ni sus estadías en Nueva York ni la residencia en Delaware de Fintech. Y derrumba la ilusión de un sector del kirchnerismo que intenta un equilibrio entre los gestos amigables hacia el hemisferio norte y su apoyo silencioso a Maduro. Una muestra tangible de las prioridades fue la inquietud de las preguntas que enfrentó Pichetto en Nueva York por la encuesta de Isonomía que daba ventaja a Cristina Kirchner. El otro eje de las consultas aludía a las probabilidades del "plan V", es decir, al eventual reemplazo de la candidatura de Mauricio Macri por María Eugenia Vidal. "Mi respuesta fue que no me parecía viable", reconstruyó Pichetto.
La tercera vía es significativa para el peronismo en su pretensión de superar al kirchnerismo. Pero también para el Gobierno, cuyos cálculos electorales incluyen una fórmula que reparta el voto opositor. Es un juego donde se necesitan mutuamente. En un escenario vaporoso, solo sobran las necesidades.
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