El Gobierno demora la recepción de las cartas credenciales a los embajadores extranjeros

Con tono defensivo, algunos atribuyen la situación a un “efecto residual” que viene desde la pandemia y le quitan trascendencia. Otros, instalados desde la oposición, hablan de “desidia” y relacionan las demoras con el “desorden” de la gestión oficial y con las interminables peleas internas en la coalición gobernante. Pacientes y sin ánimo de confrontar, embajadores y embajadores de distintos países-España y Chile, por dar dos casos emblemáticos-esperan desde hace meses que el presidente Alberto Fernández les reciba las cartas credenciales para comenzar a cumplir formalmente sus funciones en el país.

En el caso de España, la flamante embajadora en el país, María Jesús Alonso, arribó aquí a principios de febrero. Fue recibida por el canciller Santiago Cafiero, el 11 de ese mes, con quien conversaron “aspectos centrales del vínculo bilateral, tanto en lo político como en lo económico-comercial, y sobre temas regionales”.

Más allá de la indudable sintonía entre ambos gobiernos-Pedro Sánchez y Fernández se vieron ya en varias oportunidades-los meses fueron pasando y la embajadora-que sí participó de distintos encuentros como el de la fundación Libertad, con Mario Vargas Llosa como orador principal-no pudo viajar al encuentro de presidentes en Madrid, a principios de mayo, ya que las cartas credenciales originales (a Cafiero le entregó las copias) no fueron recibidas.

Un caso análogo es el de Bárbara Figueroa, la nueva embajadora de Chile designada por el presidente Gabriel Boric. Llegada aquí en marzo, Cafiero la recibió el último día de ese mes, y Figueroa acompañó a Boric a su paso por la Argentina, aún sin la formalidad diplomática cumplida. Desde la embajada chilena en Buenos Aires relativizaron la importancia del gesto faltante, y enfatizaron sobre el “gran vínculo” que une a ambos gobiernos.

“Se está aguardando la definición de una fecha para que el Presidente pueda recibir a los nuevos embajadores, pero está todo dentro de los tiempos tradicionales”, explicaron a LA NACION desde la Cancillería, y afirmaron que los tiempos son “parecidos” a los que demoran en recibirse las cartas credenciales de embajadores argentinos en el Exterior. Reconocieron que hay más embajadores que aún esperan su turno, aunque evitaron dar más precisiones.

El enviado de Biden, la excepción

De todos modos, ya a fines de enero ocurrió una situación que generó malestar en muchas sedes diplomáticas. Horas después de su llegada al país, el 24 de enero, el nuevo embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, entregaba sus cartas credenciales al Presidente. Un día después lo hicieron veinte embajadores que llevaban algunos meses en el país, entre ellos algunos provenientes de destinos importantes o estratégicos como Carlos Enciso (Uruguay); Amador Sánchez Rico (Unión Europea); Christine Hayes, del Reino Unido, y Lilia Rossbach Suárez, de México y cercana al presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Apenas llegan los recibe Cafiero, como antes lo hacía (Felipe) Solá. Lo que demora es que los reciba el Presidente”, afirmaron fuentes diplomáticas con conocimiento de los movimientos-y silencios-de la diplomacia.

Ex funcionarios del gobierno de Cambiemos aceptaron que, durante la gestión de Mauricio Macri, también se acostumbraba a “juntar varios embajadores” para recibir sus cartas credenciales. “Lo que ocurre es que debería establecerse un criterio homogéneo, no recibir a algunos porque son supuestamente más importantes y dejar pasar un tiempo para recibir a los otros”, afirmó con tono cuestionador un exfuncionario de la diplomacia macrista. Ejemplificaron el razonamiento, además, con un caso del riñón kirchnerista: el propio Néstor Kirchner escapaba de los actos formales durante su gestión en la Casa Rosada y delegaba en su canciller de turno la conducción de la entrega de cartas credenciales.

Desde el Gobierno argumentaron que la pandemia demoró todos los procedimientos y que eso provocó que se “acumulen” durante meses trámites como la aceptación de las cartas de los embajadores. En marzo de 2021, y aún con Solá como canciller, Fernández recibió cartas credenciales a 18 embajadores, entre ellos de países “amigos” como Pedro Pablo Prada Quintero (Cuba), y también Reinaldo José de Almeida Salgado (Brasil) y Ulrich Sante (Alemania). “Con la pandemia se entendía que no hubiera ceremonias públicas, el tiempo hoy es otro”, respondían, con cuidado extremo, desde una importante embajada europea, inquieta por los modos (y tiempos) del Gobierno y su diplomacia.

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