El juicio permitió ventilar los crímenes en El Olimpo

Las audiencias del juicio oral y público contra el ex represor Julio Simón, alias "El Turco Julián", permitieron ventilar los crímenes que tuvieron como escenario al centro clandestino de detención El Olimpo.

Ubicado en Lacarra y Ramón Falcón, en el barrio de Flores, ese lugar era la División de Automotores de la Policía Federal y según consta en los informes de la Conadep, el organismo que investigó las desapariciones de personas en la Argentina, comenzó a funcionar como centro de detención el 16 de agosto de 1978.

Allí estuvo detenido José Poblete y su mujer, Gertrudis Hlaszic. Según los relatos de los testigos, allí torturó Simón, de quien dijeron que mostraba mayor crueldad con las personas "con problemas físicos".

Era el caso de Poblete, de nacionalidad chilena, que militaba en una organización de discapacitados de la Juventud Peronista y había perdido sus piernas en un accidente automovilístico.

Jorge Augusto Taglioni, un director de cine que estuvo cautivo junto con Poblete relató durante el juicio que obligaban a los detenidos a apoyarse unos sobre otros, desnudos, para formar una "pirámide humana". Contó que "arriba de todo lo ponían a «El Cortito» [así lo llamaban a Poblete], como una piedra movediza".

"Las condiciones de El Olimpo eran un vejamen en sí mismas, pero con Poblete tuvieron una especial inquina", sostuvo el fiscal Raúl Perotti.

La abogada del CELS (que fue una de las partes querellantes), Carolina Varsky, agregó en el mismo sentido que "a Simón le tenía una especial bronca porque era chileno, discapacitado y porque tenía una mujer hermosa".

Ambos dijeron que estaba probado que Simón obligó a Poblete y a su mujer a tolerar largas sesiones de picana, a tener sexo oral con un compañero de celda, a luchar contra otro preso y a arrastrarse por el piso en su condición de discapacitado.

En el juicio también se conoció que Simón llevó de los pelos y desnuda a Hlaszic hasta la sala de tortura.

Otro de los testimonios clave fue el del ex gendarme Omar Eduardo Torres, que participó de los grupos de tareas GT1 Y GT2, en El Olimpo, junto con Simón. "Había detenidos que no aguantaban la picana (...) Hemos sacado cadáveres del quirófano", contó durante una de las audiencias.

Torres declaró ante la Conadep que el interior del Olimpo era como una prisión. “Estaba construido sobre una gran playa de estacionamiento. Tenía tres o cuatro salas de torturas, llamadas quirófanos”, detalló.

Contó también que los presos eran conducidos a la Base Aérea El Palomar, adonde también llegaban otros camiones con detenidos. “Todos eran subidos a aviones; por lo que comentaban, luego los arrojaban al mar”.