El Presidente se vuelve a subir a su ambición de ir por la reelección a pesar del vacío del kirchnerismo

Aunque intenta no ser tan explícito y habla en plural al expresar que su deseo es que el peronismo gane las elecciones en 2023, Alberto Fernández quiere ir por su reelección. Así lo transmite en la intimidad del poder. Buena parte de la dirigencia del Frente de Todos cree que el Presidente mira “otra película” y que está desconectado de la opinión pública. El kirchnerismo, directamente, hoy le hizo el vacío en el acto que encabezó en el contrafrente de la Casa Rosada. Los funcionarios de la administración nacional que responden a la vicepresidenta, deliberadamente, no asistieron a escuchar su discurso en tono electoral.

“Voy a hacer lo que tenga que hacer para que uno de los nuestros sea presidente o presidenta desde el 10 de diciembre de 2023″, dijo hoy Fernández al culminar su discurso por los tres años de gestión en la Plaza Colón. Un funcionario que dialoga a diario con el jefe del Estado ratificó hoy a LA NACION que el presidente sigue con la voluntad de ser candidato. Dijo que “nunca dejó de estar viva la intención de ir por la reelección”.

Ello a pesar de que las ausencias del acto fueron notorias. No solo las del kirchnerismo: de los gobernadores asistió uno solo (Osvaldo Jaldo, de Tucumán) y hubo solo cuatro intendentes bonaerenses presentes. El ministro de Economía, Sergio Massa, envió a su jefe de ceremonial a ocupar una silla en la primera fila del acto porque estaba demorado y finalmente llegó con el evento culminado. El Presidente, en cambio, estuvo rodeado del gabinete no kirchnerista y de la pata sindical.

A una semana del renunciamiento

Fernández y su entorno habían moderado en las últimas semanas las expresiones que lo ponían al Presidente compitiendo en 2023. Cerca del jefe de Estado comenzaron a repetir que lo principal para el Presidente es que gane el peronismo, más allá de los nombres propios. “Quiere ordenar la unidad del peronismo para tener una fórmula competitiva para el 2023″, dijo un ministro a LA NACION tras el acto del Presidente.

Pero otro estrecho colaborador presidencial reconoció que Fernández todavía quiere encabezar una boleta el año próximo, si es necesario compitiendo en una PASO. “Él conduce el gobierno, conduce el partido…”, apuntó. El Presidente no solo clamó por una victoria en 2023, sino que aprovechó para tomarse fotos con personas de a pie que se acercaron al acto, en pose proselitista.

Un funcionario que habló con el Presidente en los últimos días explicó la especulación que hace Fernández puertas adentro, en sus cavilaciones íntimas. “Alberto sigue manteniendo la idea de que quiere ser reelecto. Supone que si la economía se reacomoda, el rédito también es de él y que además si baja la inflación va a poder poner el valor el resto de su gestión”, señaló.

Así, el Presidente volvió a subirse a las candidaturas del año que viene a una semana de que Cristina Kirchner renunciara a participar de la boleta del Frente de Todos, en cualquiera de sus tramos. No solo eso: cerca suyo advierten que Fernández no convocaría, todavía, a una mesa de conducción dirigencial para debatir la estrategia electoral con los socios del Frente de Todos, un reclamo que primero le hizo el kirchnerismo -hasta el cansancio- y que luego le transmitieron referentes más cercanos.

“No creo”, soltó un ladero presidencial sobre la posibilidad de una cumbre inminente, convocada por el jefe de Estado. Resaltó, en cambio, que Fernández asiste a “otras mesas”. “Con los sindicatos discute paritarias, con la oposición quiere discutir en el Congreso, con los presidentes del mundo habla de la guerra… esas son las mesas que construye”, dijo. Un abierto desafío de la Casa Rosada al kirchnerismo, que todavía debe terminar de digerir el renunciamiento histórico de su jefa política.

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