Francisco recibirá en mayo a los obispos argentinos
Por primera vez desde el pontificado de Francisco , todos los obispos argentinos irán a ver al Papa en mayo de 2019, en forma conjunta, y le presentarán un diagnóstico pormenorizado de la situación del país. Se trata de la llamada "visita ad limina", que según el Código de Derecho Canónico los obispos de un país deben realizar cada cinco años al Vaticano para venerar las tumbas de San Pedro y San Pablo y llevar un informe al Papa sobre el estado de sus diócesis.
Así lo anticipó ayer el obispo de Chascomús y secretario general del Episcopado, Carlos Malfa, en diálogo con el programa Caminos de encuentro, que se emite por Radio María. La visita comprende, además, un encuentro personal de cada obispo con el Pontífice.
"La buena noticia nos la trajo el nuevo nuncio apostólico. A poco de llegar, monseñor León Kalenga nos comunicó que esta visita la realizaremos en mayo de 2019", expresó. Y señaló que la visita constituye "un instrumento de comunión y acción pastoral y misionera para el mundo de hoy",
Con el cronograma de la visita, que exige la preparación previa y el envío de un informe sobre la condición religiosa, moral y social de cada diócesis, se desprende que será difícil esperar una visita del Papa a la Argentina para el primer semestre de 2019. En la segunda mitad del año también se estima improbable, por la elección presidencial. La agenda 2019 de Francisco tiene reservado ya un viaje a Panamá en enero para presidir la Jornada Mundial de la Juventud.
La delegación para la visita ad limina, formada por casi un centenar de obispos, será encabezada por el presidente del Episcopado y obispo de San Isidro, Oscar Ojea; junto con los arzobispos Mario Poli (Buenos Aires) y Marcelo Colombo (Mendoza), ambos vicepresidentes.
La visita de Bergoglio
Si bien la Santa Sede establece que la visita ad limina debe realizarse cada cinco años, la última vez que se presentó el Episcopado argentino fue en 2009, ante Benedicto XVI, en una delegación encabezada por el cardenal Jorge Bergoglio, quien en momentos en que el país era gobernado por Cristina Kirchner advirtió sobre el escándalo de la pobreza y la exclusión social.
La visita ad limina no se realizó en 2014, al año siguiente de ser elegido Francisco, cuando hubiera correspondido, por lo que muchos obispos participarán ahora por primera vez de un viaje en conjunto. Además de llevar los informes al Papa, se reunirán con los distintos organismos de la Santa Sede.
En el mismo carácter, Francisco recibió este mes a los 44 obispos de Venezuela. Les pidió mantener la cercanía con el pueblo de ese país y estar siempre al lado de los que más sufren. "No se cansen de esa cercanía. Y gracias por la resistencia", les expreso el Papa el 11 de septiembre pasado.
Como sucedió en 2009, para realizar la visita ad limina los obispos argentinos se dividirán en tres grupos, por regiones pastorales, y el encuentro con Francisco tendrá lugar en un año electoral. Cada uno de ellos prepara anticipadamente un informe sobre la condición religiosa, moral y social de la diócesis, que sirve de base para el posterior diálogo con el Papa y las autoridades vaticanas.
"En el encuentro con Francisco se presentan las situaciones de cada diócesis. Se responden las preguntas que el Papa tenga que hacer y después hay un discurso del Papa, que es muy importante. Está relacionado con el grupo que tiene delante o con toda la conferencia episcopal, y naturalmente hay por parte del Papa una mirada dirigida al país de donde provenimos los obispos", explicó monseñor Malfa.
El obispo agregó que "la visita será muy intensa, porque es una semana. Es toda la Iglesia en la Argentina que peregrina a Roma, en la persona de sus pastores".
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