Habilitan el traslado de fiscales a otro distrito
La jueza federal María Servini de Cubría hizo lugar ayer a una demanda que había presentado el macrismo y permitió que los partidos nacionales puedan llevar a la provincia de Buenos Aires fiscales que están domiciliados en otros distritos, tanto para supervisar las PASO del domingo 9 de agosto como la primera y la segunda vuelta electorales, en octubre y noviembre.
La decisión de la doctora Servini les trae un fuerte alivio a los partidos que no tienen tantos fiscales en la provincia de Buenos Aires, donde el día de la elección funcionarán 34.502 mesas de las 90.000 que estarán abiertas en todo el país.
La magistrada, que tiene competencia electoral, hizo hincapié en que la Constitución nacional dice que para las elecciones de presidente y vicepresidente todo el país debe ser considerado un distrito único.
Por eso, decidió que debe hacerse una interpretación amplia del Código Nacional Electoral, que parecía establecer que un fiscal sólo puede actuar como tal en el mismo distrito donde está habilitado a votar.
La magistrada también hizo hincapié en que, si bien el Código Electoral parecía decir que son los fiscales bonaerenses los que tienen que supervisar las elecciones del 9 de agosto en ese distrito, eso puede parecer lógico cuando se eligen, como ocurre en las PASO, autoridades nacionales y locales. Pero en un escenario de ballottage, donde se eligen sólo presidente y vice, resulta lógico que puedan actuar fiscales nacionales.
La presentación había sido hecha por el frente Cambiemos, por el que se postulan Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió, y que la semana pasada había pedido a la Justicia que autorice a esa alianza a mudar fiscales desde la Capital y las provincias al siempre caliente y complicado conurbano.
Tácticas fraudulentas
Los dirigentes de la citada alianza estaban preocupados por el posible robo de boletas, como lo reconoció en ese momento el propio Macri, cuando dijo que "habrá gente organizada que usará tácticas fraudulentas para obtener ventajas". Si un partido no tiene fiscales, en rigor, no puede supervisar lo que ocurre durante el desarrollo de las elecciones ni tampoco durante el recuento de los votos. Y la provincia de Buenos Aires es un distrito donde se conocen todas las mañas políticas, lo que da pie a las sospechas.
El problema que tiene el frente Cambiemos y que ahora este fallo contribuye a resolver -a la vez que también beneficiará a las demás agrupaciones políticas- es que le están faltando unos 5000 fiscales para controlar el segundo cordón del conurbano.
Ocurre que si bien la alianza tiene suficientes hombres en el primer cordón, donde Pro tiene fuerte presencia, y también en el interior de la provincia, donde la UCR maneja comités, intendencias y goza de una fuerte capilaridad territorial, no ocurre lo mismo en el cordón donde se juega la suerte de los distritos más populosos y duros.
Así, cualquier fiscal de cualquier agrupación deberá votar en el padrón de su propio domicilio, es decir, donde está actualmente registrado, pero inmediatamente podrá trasladarse a una mesa de la provincia de Buenos Aires para desempeñarse como fiscal partidario.
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