Gesto de deshielo hacia Pro: Milei invitó a almorzar a Cristian Ritondo y le dio señales para 2025

El presidente Javier Milei siempre se mantuvo en contacto por WhatsApp con el jefe del bloque Pro, Cristian Ritondo, a quien pondera especialmente luego de probar su lealtad durante el tratamiento de la ley ómnibus. Pero hoy tuvo un gesto especial y lo invitó a almorzar a la Casa Rosada, un convite que pareció un mensaje de deshielo hacia el macrismo.

Del encuentro trascendió públicamente una foto amistosa -dicen en Casa Rosada que desde adentro se escucharon risas- y una conversación en torno a las perspectivas económicas del país y a las reformas que quedaron frustradas con la ley ómnibus, que el Presidente quiere reflotar en sesiones ordinarias con apoyo del bloque Pro.

“Hay una dirección del cambio que hoy tiene el presidente Milei que por supuesto vamos a acompañar”, dijo Ritondo al salir del encuentro.

Puertas adentro, sin embargo, Milei le transmitió al diputado –uno de los soldados fieles de Mauricio Macri– que hay que trabajar para una confluencia electoral entre La Libertad Avanza y Pro de cara a las elecciones de medio término. “En 2025 tenemos que trabajar juntos”, fue el mensaje que, según trascendió, le habría transmitido el Jefe de Estado.

El encuentro de Milei y Ritondo ocurre cuando se extendió un clima enrarecido entre la Casa Rosada y Macri. Sobre un escenario de desconfianza, la semana pasada se montó el episodio de Chubut, que enfrentó al Gobierno con los gobernadores de Pro.

Hoy Milei envió tibias señales de acercamiento. En la reunión que mantuvo por la mañana con los diputados de La Libertad Avanza, el Presidente les pidió a sus legisladores que tengan “una buena relación con Pro” porque “son aliados”.

El jefe de Estado no fue más allá con sus pedidos internos. En el macrismo esperan que cesen las hostilidades de algunos referentes de LLA contra los intendentes de Pro, en particular con el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri (allí La Libertad Avanza votó en contra de varios proyectos clave en la Legislatura) y con Guillermo Montenegro (Mar del Plata), que es continuamente cruzado por los libertarios de su ciudad.

Luego de pasarles ese mensaje a sus diputados por la mañana, Milei recibió a comer a Ritondo. El diputado se refirió a la ley Bases y apuntó: “Hay gran parte de esa ley que saca cepos, corre el pie de encima de las empresas, hace un plan de inversiones de hidrocarburos, y delega facultades que son muy importantes que Argentina las tenga. Estamos acompañando el cambio”.

La relación con Macri

El almuerzo con Ritondo denota que Milei no quiere detonar todos los puentes con Macri, si bien continuamente envía señales confusas. En ambas terminales aseguran que el jefe de Estado y su predecesor no se vieron personalmente y que su último contacto telefónico fue previo al viaje de Milei a Washington. Una reunión cara a cara, dicen en la Casa Rosada, “hoy no está en agenda”.

Macri esperaba dialogar mano a mano con Milei al regresar de su retiro Patagónico, pero el Presidente siempre dilató el cónclave. En el ínterin, crecieron los cortocircuitos y los resquemores a partir del conflicto con el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, que es uno de los tres mandatarios provinciales que tiene Pro.

El expresidente recibió a Torres el día previo a que el patagónico publicara en X-Twitter el mensaje del lock out energético, que buscó ser más un llamado de atención que una amenaza real. Macri intentó sin éxito destrabar el conflicto por los fondos entre el patagónico y el Gobierno. Una vez que el conflicto escaló –con virulentos mensajes del Presidente hacia el mandatario chubutense–, Macri se replegó en un silencio estratégico.

Cuando los diez gobernadores de Juntos por el Cambio se solidarizaron con Torres, la Casa Rosada les respondió con un comunicado institucional en el que embistió contra todos ellos y nombró especialmente a los dos de Pro: Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Jorge Macri (CABA).

Tras la judicialización del conflicto –el martes Torres obtuvo un fallo favorable de un juez federal de Rawson; el Gobierno dijo que apelará y que no descarta llegar a la Corte Suprema–, el gobernador de Chubut pidió retomar la vía del diálogo y en la Casa Rosada dieron señales para enfriar la situación. Según pudo saber este medio, el Gobierno entró en contacto con Torres para avanzar con la refinanciación de la deuda que tiene la provincia.

Más allá del capítulo Chubut, de fondo hay serias dudas acerca de la viabilidad de una alianza formal entre Pro y LLA. Primero, la Casa Rosada habló de un eventual interbloque en Diputados, pero ese plan –que sería pura ganancia para los libertarios– nunca generó entusiasmo en Pro (ni siquiera en Ritondo) y hoy parece archivado.

Macri, por su parte, siempre descartó un cogobierno pero pretendió que Pro pudiera nutrir al gabinete de Milei con cuadros técnicos con experiencia en gestión para las segundas y terceras líneas de la administración nacional. La cúpula del Gobierno, sin embargo, nunca fue permeable a los ofrecimientos del macrismo. La mesa chica de Milei –encarnada en su hermana, en el asesor Santiago Caputo y en el jefe de Gabinete, Nicolás Posse– siempre rechazó hacer incorporaciones y buscó preservar la pureza libertaria.

A diferencia de sus colaboradores, Milei sí tomó nota de algunos de los consejos de su antecesor en materia de gestión. Pero todavía no queda en claro si le dará real cabida para que Pro pueda tener más protagonismo en su organigrama.

El Presidente, en cambio, coquetea con la idea de confluir en una alianza electoral para fortalecer un espacio de derecha que diluya a los bloques de centro en el Congreso. Ese es un camino largo y complejo, que tendrá que atravesar muchas pruebas de fuego para llegar hasta 2025.

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