La AMIA retiró el pedido para que la DAIA retire la querella contra Cristina

Con la intención de reparar el daño político y la crisis interna derivados de la carta enviada por su ahora extitular Agustín Zbar, la nueva conducción de la AMIA retiró el pedido a la DAIA para que desista de la querella por encubrimiento que involucra, entre otros, a la expresidenta Cristina Kirchner vinculada con la firma del memorándum de entendimiento con Irán.

Así, las principales instituciones de la comunidad judía volvieron a alinear posturas frente al juicio.

"La AMIA lamenta profundamente que dicha carta haya generado un malestar tan importante y comprende la indignación provocada por la utilización de expresiones que, sin dudas, fueron desafortunadas", afirmó la nueva conducción de la entidad, encabezada de manera interina por Ariel Eichbaum. "Por tal motivo, se ha tomado la decisión de remitir a la DAIA una nota en la que se solicita el retiro de la carta enviada, de manera de dejar sin efecto el requerimiento efectuado", continúa la carta, diseñada durante el fin de semana por la conducción de la entidad y consensuada -o al menos informada- con la dirigencia de la DAIA que encabeza Jorge Knoblovits.

El que pasó fue un fin de semana de llamadas y contactos en busca de una tregua, que llegó luego de la virtual declaración de guerra emitida por Zbar la semana pasada. El reemplazante de Zbar y Knoblovits acordaron en la tarde del domingo bajar los decibeles del conflicto y dar por superado el entuerto, que había sido festejado por allegados a la expresidenta y que amenazaba con escalar hasta tornarse inmanejable para la dirigencia comunitaria.

"Algunos piden sangre, pero no nos vamos a sumar", afirmaron a LA NACION desde la conducción de la DAIA. La postura de Knoblovits intenta frenar la iniciativa de sectores como el laborismo, los religiosos liberales del Movimiento Conservador y hasta familiares de víctimas del atentado a la AMIA como Luis Czyzewski, que piden la renuncia de toda la comisión directiva de la entidad por aconsejar a la DAIA desistir de la querella contra la expresidenta por presunto "encubrimiento" de los funcionarios y exfuncionarios iraníes acusados de participar del ataque. También se autoconvocaron para manifestar el jueves su repudio, frente al edificio comunitario de Pasteur al 600.

En este contexto convulsionado, quien paradójicamente salió bien parado es el titular de la DAIA. Veterano dirigente comunitario, resultó ileso del escándalo que afectó a su antecesor Ariel Coen Sabban y fue elegido presidente en las elecciones de noviembre pasado, relegando las aspiraciones del Bloque Unido Religioso, que dirige la AMIA y que llevaba como candidato a Leonardo Jmelnitzky. Cerca del presidente de la DAIA creen que Zbar cometió simplemente una "estupidez" motorizada por su "odio" hacia la entidad que no pudo conducir, y a la que pensaba -según una parte de la carta que no trascendió a los medios- solicitar que deje el séptimo piso del edificio de la calle Pasteur que actualmente ocupa o que abone un "alquiler". El edificio original le pertenecía, por cierto, a la mutual y no a la representación política de la comunidad judía en el país. "Tenemos una situación inédita de reconciliación con la gente y lo tenemos que aprovechar", dicen desde la comisión directiva anual.

Quien quedó "magullado" luego del episodio fue, precisamente, Zbar, que fue durante años el "operador en las sombras" de los distintos gobiernos del Bloque Unido Religioso, que maneja la AMIA desde hace una década, hasta su triunfo, a mediados de 2017. En aquel entonces, y pese a mostrarse "no tan convencido" de la factibilidad del juicio en ausencia, el exdiputado nacional y legislador porteño por la UCR criticaba el "maltrato del kirchnerismo hacia la comunidad judía" y afirmaba su certeza de que al fiscal Alberto Nisman había sido asesinado.

Eichbaum, en tanto, nace con una debilidad de origen: firmó la carta de la AMIA hacia la DAIA que desató conmoción y rechazo. Además de sostenerse en el apoyo de su partido, cuyo líder espiritual es el rabino ortodoxo Samuel Levin, Eichbaum tiene aún la adhesión del partido de derecha Likud, al que pertenece el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. "No va a haber elecciones anticipadas, pero la gestión quedó muy deteriorada", afirmó un dirigente comunitario.