La expresidenta y Moyano hablaron del juez Bonadio en su charla de reencuentro
Cristina Kirchner y Hugo Moyano conversaron el viernes durante una hora y cuarenta minutos. La reconciliación, que esperó más de siete años, se concretó después de meses de gestiones secretas y mensajes a través de intermediarios de confianza; y terminó de plasmarse en medio del escándalo por los cuadernos de los sobornos del kirchnerismo .
Tal vez fue el azar lo que los unió justo cuando ambos están en la mira de la Justicia.
De hecho, el juez federal Claudio Bonadio fue parte de la charla, aunque no haya sido el tema dominante, según comentaron a LA NACION dos de los cuatro testigos que presenciaron el reencuentro. Bonadio avanza en cuatro causas contra la expresidenta e investiga a Moyano por los negocios entre su gremio, la obra social y el holding de empresas familiares.
"Es una persecución política", diagnosticó Moyano. Cristina asintió y habló del "Partido Judicial".
Los escuchaban los anfitriones Ricardo Pignanelli y Mario Manrique, referentes del Smata; el canillita Omar Plaini, uno de los gestores de la reconciliación, y Vanesa Silley, diputada nacional de Unidad Ciudadana y líder del gremio alternativo de empleados judiciales.
Allí se acordó trabajar para un frente electoral común, aunque todos dieron por hecho que el peronismo jugará dividido en la carrera presidencial para 2019 .
"Es como sucede con la CGT : nunca estuvimos todos juntos. Hay que ampliar la base. Unidad Ciudadana puede aliarse con el PJ en algunas provincias", se entusiasmó uno de los asistentes a la cumbre de Cañuelas.
Las definiciones
"El límite es Macri ", se plantó Hugo Moyano mientras circulaban especulaciones sobre candidaturas y alianzas. Cristina no dijo que será candidata, pero abrió una puerta cuando Plaini le sugirió una definición. "Sueño con un país distinto", le respondió.
La expresidenta cuestionó el rumbo económico ("vamos camino al default") y defendió la política de subsidios del kirchnerismo.
"Era consumo, la gente tenía guita en los bolsillos", defendió su gestión.
"Y la plata, en definitiva, volvía a las empresas", agregó uno de los gremialistas, sin interrumpir a la senadora de Unidad Ciudadana.
Moyano rechazó el pedido de auxilio al Fondo Monetario Internacional (FMI) y cuestionó " los tarifazos " que se sucedieron en los últimos años.
El saludo inicial entre Cristina y Hugo no fue cálido ni frío. Fue respetuoso.
No se enrostraron las peleas por las que rompieron su alianza, en 2011, aunque se mencionó ligeramente la pulseada por el impuesto a las ganancias y la chicana de Cristina a los gremialistas por comprar dólares, una práctica que se mantiene vigente.
"No hubo trapitos al sol", metaforizó un testigo.
La única declaración en público del encuentro la había lanzado Hugo Moyano el viernes, cuando abandonó el encuentro: "Cristina no habló de las libretas, ¿qué va a decir? Hoy son cuadernos, mañana libretas y después libretitas", respondió a la prensa desde el asiento de su auto, al salir del camping de los mecánicos.
"Hablamos de todo y vamos a trabajar para unir a todo el peronismo", agregó luego el jefe gremialista.
No quedaron en reunirse otra vez, aunque Moyano le prometió a Cristina enviarle un cuadro en el que están ellos dos con Néstor Kirchner y Liliana Zulet, esposa del camionero, en la inauguración de un hotel del gremio en Mar del Plata. Espejismo de nostalgia de tiempos mejores.