Proyecto para penalizar a las barras bravas: la iniciativa pasó dos años sin tratarse y deberá volver a presentarse
La penalización de los denominados "trapitos", y los pruritos que su tipificación generó en sectores del peronismo, sumado a la falta de impulso por parte del propio oficialismo, fueron algunos de los factores que se complotaron para dejar en el olvido el proyecto de ley para penalizar a las barras bravas, que el Gobierno quiere reflotar ahora como consecuencia de los desmanes que obligaron a suspender la segunda final de la Copa Libertadores.
Si, como anunció Mauricio Macri, el Poder Ejecutivo pretende que el tema se trate en las sesiones extraordinarias de diciembre, tendrá que enviar una iniciativa nueva.
La presentada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en agosto de 2016, caducó el 28 de febrero de este año, cuando venció su segundo período legislativo sin tratamiento en la Cámara alta. Según confiaron voceros legislativos, en esta oportunidad la iniciativa ingresaría por la Cámara de Diputados, que comenzaría a discutirla la semana próxima.
"Hubo sectores del peronismo que dijeron que era demasiado duro", afirmó el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo (Pro-Capital), para explicar las causas que llevaron a que el proyecto quedara olvidado en un cajón.
El jefe del Bloque Justicialista, Miguel Pichetto (Río Negro), cargó las tintas sobre el poco interés demostrado por el Gobierno en aquella oportunidad. "Tampoco lo activaron, no se planteó como una cuestión esencial", aseguró ante la consulta de LA NACION sobre las causas por la que la iniciativa nunca fue tratada en el Senado.
"Si le quieren cargar la culpa al Congreso, que lo hagan, pero este es un tema mucho más complejo, de organizaciones delictivas y su relación con el fútbol; tiene que ver con la seguridad y con el orden", agregó Pichetto.
El líder de la principal bancada de oposición cuestionó, además, el garantismo penal de algunos sectores políticos. "Es una Argentina estúpida, funciona de esta manera, poniendo en duda el rol de la policía", sentenció.
El proyecto, un régimen penal especial para espectáculos futbolísticos, fue presentado por Bullrich en octubre de 2016, es decir dos meses después de su remisión al Senado, en un plenario de tres comisiones. Más allá del ambiente cordial que imperó en la reunión, en el debate se escucharon varios cuestionamientos al texto.
Uno de ellos estuvo centrado en los denominados "cuidacoches" a cambio de dinero, que el proyecto penalizaba con una escala de dos a cuatro años. Para varios senadores, el castigo a esa actividad no corresponde al Código Penal, ya que se trata de una contravención.
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