La muerte que conmocionó a Córdoba
CORDOBA.- En la madrugada del 6 de septiembre de 1991, el senador radical Regino Maders se aprestaba a abrir la puerta de su casa, en el barrio Residencial Vélez Sarsfield.
Había participado del acto de cierre de la campaña electoral que culminaría un par de días después con los comicios que consagraron la nueva reelección de Eduardo César Angeloz, esto es, el tercer mandato consecutivo de gobernador -que no pudo concluir-, tras una interpretación de la Constitución provincial que fue avalada por el Tribunal Superior de Justicia. Años más tarde, ese antecedente fue esgrimido por Carlos Saúl Menem para fundar sus intenciones reeleccionistas, luego frustradas.
Aquella madrugada se escucharon disparos. La familia se extrañó de que Regino tardara en ingresar en la vivienda, tras haber guardado en la cochera su modesto automóvil. Lo encontraron caído en el umbral, con dos impactos de bala. Los proyectiles fueron mortales. Tenía 46 años. Los asesinos tiraron desde la vereda o, a lo sumo, desde un vehículo, que partió raudamente entre las sombras.
El crimen conmocionó a Córdoba: Maders gozaba de una imagen de legislador trabajador y honesto. Se desempeñaba en un cargo jerárquico en la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC). También ejercía la docencia en la Facultad Regional de la Universidad Tecnológica Nacional, de la que fue decano.
Regino militaba en el alfonsinista Movimiento de Renovación y Cambio, liderado por Carlos Becerra.
La trayectoria de Maders fue una carta que su sector jugó en el acuerdo interno al que se arribó en 1987 y lo anotó en la nómina de senadores provinciales por el departamento Capital. Así ganó la banca.
Luis Medina Allende fue, por bastante tiempo, una figura influyente del angelocismo. Desde el principio se lo vinculó con el crimen. Se habló de investigaciones de Maders en torno de EPEC o los juegos de azar ilegales. También se mencionó la posibilidad de que se tratara de un hecho pasional.
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