Las oportunidades que abre la victoria
La victoria de Cambiemos enciende una esperanza: que por primera vez en 90 años un presidente que no es peronista ni militar acabe su mandato. La maldición de Asís se verá así refutada: aunque esté lleno de radicales, éste no es el tercer gobierno radical. Las clases medias encontraron finalmente un instrumento político apto para gobernar y no sólo para representarlas.
El desgraciado destino de Santiago Maldonado tampoco afectó las chances del Gobierno. Es improbable que sea sólo mérito propio. Otra vez, Cambiemos debe parte de su éxito al kirchnerismo. Hoy sabemos que a Santiago no lo había secuestrado la Gendarmería. Tampoco estaba escondido en Chile. Los talibanes de ambos lados mintieron o erraron, pero los opositores un poco más: al gritar dictadura, tornaron tolerables pecados menores.
El Estado demostró la misma incompetencia que ante la tragedia de la familia Pomar. El Gobierno exhibió la misma insensibilidad que ante el dictamen del 2x1. La incompetencia la superó un juez con sentido común; la insensibilidad, la razón -o la fuerza- de las encuestas. La aparición del cuerpo sin lesiones dejó la insensibilidad como un mal menor frente a la manipulación opositora de la tragedia.
La aplanadora electoral acerca la agenda posible del Presidente a su agenda deseada. Todavía tendrá que negociar las reformas legislativas, pero se dará el lujo de elegir con quién. Enfrentará a una alianza de necesitados, la de los gobernadores con el sindicalismo peronista. Mientras unos claman por recursos fiscales, otros se conforman con libertad ambulatoria. Es accesible.
En estos días, Brasil sufre un retroceso civilizatorio, flexibilizando el trabajo esclavo y restaurando el fuero militar para los militares que cometan delitos comunes. La Argentina enfrenta la oportunidad histórica de diferenciarse por la positiva, reformando hacia el futuro. La suerte del Gobierno está, por primera vez, en sus propias manos. El único peligro es engolosinarse.
Politólogo e investigador de la Universidad de Lisboa