Lavado: la Argentina cosechó elogios y un traspié en el GAFI
El principal foro intergubernamental del mundo para la lucha contra el lavado elogió ayer los "pasos sustanciales" dados por el Gobierno para prevenir y combatir el blanqueo de activos, pero decidió mantener al país bajo el proceso de revisión especial, conocida en la jerga como "lista gris". Así lo dispuso, pese a que la delegación argentina intentó acelerar los tiempos de la regularización de su situación y abrir una discusión que terminó por resultarle contraproducente, según indicaron testigos del encuentro a LA NACION.
La Argentina quedó así en una situación incómoda al concluir la reunión plenaria del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) celebrada en Roma. Por un lado, cosechó un elogio contundente por sus avances, pero provocó que el foro rechazara su pedido para que una delegación oficial del foro vuelva a visitar el país. Más aún, agudizó sus diferencias con algunos países clave, incluido Estados Unidos, que definieron la posición del plenario.
Tanto los elogios como las reformas pendientes quedaron expuestos en el comunicado oficial que difundió el GAFI sobre los 22 países que se encuentran bajo revisión especial, como Afganistán, Kuwait, Marruecos y Namibia, más Venezuela y Nicaragua, los otros dos países de América latina que figuran en ese listado.
En el apartado sobre la situación local, las reformas impulsadas por el Gobierno cosecharon elogios del GAFI. "Desde febrero de 2012, la Argentina ha dado pasos sustanciales para mejorar su régimen antilavado", destacó el organismo. Señaló, en particular, el decreto firmado por la presidenta Cristina Fernández para el decomiso de activos que podrían vincularse con el terrorismo y resoluciones impulsadas por la unidad antilavado (UIF).
Apuro contraproducente
"Sin embargo, el GAFI ha determinado que quedan ciertas deficiencias estratégicas [en el régimen] antilavado", precisó luego el comunicado, que detalló siete áreas con tareas casi idénticas a las que expuso en su anterior comunicado, difundido tras el plenario de febrero último.
Esas "deficiencias" incluyen lagunas en la legislación, cierta opacidad financiera, flaquezas en el funcionamiento de la UIF y la falta de canales adecuados para mejorar la cooperación internacional con otras unidades antilavado. "El GAFI alienta a la Argentina a resolver las deficiencias remanentes y continuar con el proceso de implementación de su plan de acción", concluyó.
El balance del encuentro en Roma, sin embargo, pudo ser mejor para la delegación que encabezó el ministro de Justicia, Julio Alak, junto con el titular de la UIF, José Sbattella.
"El GAFI elogió la aprobación del último decreto y las delegaciones felicitaron a la Argentina por eso, pero la comitiva argentina pidió en forma inoportuna el inicio del proceso para sacarla de la «lista gris»", explicó uno de los interlocutores. "Eso provocó una discusión que se centró innecesariamente en las deficiencias que aún presenta el país y que llevó a que le rechazaran el pedido", añadió.
El error estratégico de la comitiva local de apurar los tiempos provocó algo más dentro del GAFI. "Generó molestia y fue considerado un acto de soberbia que empañó lo que habría sido un resultado más favorable", detalló un informante, que consignó, por ejemplo, que Brasil apoyó la moción argentina hasta que la insistencia local derivó en un enfrentamiento abierto con varias delegaciones de peso.
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