La organización guerrillera asesinó al empresario en Cerrito y Arenales, en noviembre de 1979, durante la llamada Contraofensiva; por este crimen fue condenado a 30 años de prisión el líder guerrillero Mario Firmenich, durante el gobierno de Raúl Alfonsín
Los atentados contra el equipo económico de José Alfredo Martínez de Hoz, en ese entonces el hombre fuerte del gobierno militar de Jorge Rafael Videla, ocupaban un lugar central en la Contraofensiva de los Montoneros, en 1979. El secretario de Programación y Coordinación Económica, Guillermo Walter Klein, su esposa y sus cuatro hijos quedaron bajo los escombros cuando una poderosa bomba destruyó su vivienda, a cinco cuadras de la quinta presidencial de Olivos, el 27 de septiembre de ese año, salvando todos milagrosamente su vida, aunque murieron dos custodios. El 8 de noviembre, un comando montonero disparó una ráfaga de balas y un lanzacohetes contra el auto en el que viajaba el secretario de Hacienda, Juan Alemann, en Belgrano.
Quien no pudo sobrevivir al ataque fue el empresario Francisco Soldati, que había codirigido con Martínez de Hoz la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad, era el titular de la Sociedad Comercial del Plata y un referente del Consejo Empresario Argentino. Era un blanco de los Montoneros y su auto fue atacado en Cerrito y Arenales, en un salvaje atentado, el 13 de noviembre de 1979, a las 10.30 de la mañana. Por este crimen, entre otros delitos, Fue juzgado el líder montonero Mario Firmenich, tras ser extraditado de Brasil. Recibió una condena de 30 años de prisión, durante el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín, tras la recuperación de la democracia. Más tarde, en diciembre de 1990, el presidente Carlos Menem lo benefició con el indulto.
El atentado
Francisco Soldati salió con el chofer y un acompañante en su Torino azul de su casa, en Cerrito casi esquina Juncal, y a los pocos metros fue encerrado por un Peugeot 504 y embestido por una camioneta F-100 gris. Producido el choque, “saltaron de la camioneta cuatro o cinco atacantes, que se distribuyeron a los costados del Torino. Los ocupantes fueron ametrallados desde ambos lados y los guerrilleros que estaban sobre el flanco derecho arrojaron también una bomba de fósforo dentro del vehículo”, relata el periodista Carlos Manfroni en su libro Montoneros. Soldados de Massera.
El autor detalla que el fuego desfiguró el cuerpo del empresario y sus hijos lo reconocieron por el anillo que llevaba puesto. El cabo Ricardo Durán, chofer y custodio del empresario, también murió en el atentado.
A pocos minutos del ataque sorprendió en el lugar el incendio de la camioneta de los atacantes. La explicación fue que los montoneros sabían que Martínez de Hoz solía concurrir de inmediato a los lugares de los hechos cuando gente de su entorno era víctima de un atentado. Así había sucedido en los casos de Klein y Alemann.
Por esa razón, una de las atacantes guerrilleras llevaba una bomba de tiempo que planeaba colocar debajo del automóvil de Soldati, para que explotara cuando estuviera en el lugar el ministro de Economía. Al bajar de la camioneta, tropezó y la bomba estalló en sus manos, por lo que destruyó la parte trasera del vehículo. “Volaron las demás armas que los atacantes llevaban y los ocupantes quedaron atrapados por el fuego, que alcanzó también al auto de Soldati”, recuerda Manfroni.
En medio de la confusión, la mayoría de los atacantes huyó por la Avenida del Libertador, aunque se produjo un tiroteo con agentes policiales.
Muchos detalles del caso fueron revelados por el periodista Marcelo Larraquy en su libro Fuimos soldados. Historia secreta de la Contraofensiva montonera. Unas doce personas intervinieron en el operativo, que fue planificado minuciosamente. Se sabe, así, que tres montoneros armados con fusiles AK47 y ametralladoras UZI abrieron fuego contra el Torino de Soldati. Varios de los atacantes habían recibido entrenamiento militarpara acciones guerrilleras en el Líbano.
En la misma cuadra en que se cometió el atentado se ubicaban las oficinas del almirante Massera, que en tiempo tenía en preparación el lanzamiento de su propia agrupación política.
El atentado que terminó con su vida, a los 71 años, no FUE el primer ataque que sufrió el empresario Soldati. En abril de 1973 había tenido que pagar un rescate por el secuestro extorsivo de su hijo Santiago, que entonces tenía 30 años. Al poco tiempo, el propio Francisco Soldati fue raptado, pero pudo ser liberado.
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