Los hospitales reciben tres casos por día
Se trata de mujeres que deben ser atendidas por complicaciones tras haberse practicado un aborto de manera clandestina
Cada hospital de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires recibe a diario entre dos y tres mujeres que deben se atendidas por complicaciones producidas por abortos. Así lo confirmaron a LA NACION obstetras y ginecólogos de distintos centros de salud porteños y bonaerenses.
Para los especialistas, la cantidad de interrupciones del embarazo provocadas intencionalmente no ha variado a lo largo de los años, pero sí la modalidad en que se llevan a cabo.
Hoy, siempre según la opinión de los especialistas y jefes de guardias ginecológicas de los principales hospitales del área metropolitana, existe una disminución en las infecciones debido, en gran medida, al uso -generalmente comprada ilegalmente- de una droga que provoca contracciones y pérdidas importantes.
Sin embargo, los médicos advierten que el uso de ese tipo de medicamentos puede tener otras graves consecuencias como hemorragias severas y perforación del útero debido a la ingesta o colocación en la vagina de uno o más comprimidos.
"Se ha producido un cambioen la manera de abortar. Aunque aún recibimos casos de utilización de tallos de perejil, agujas de tejer o de concurrencia a clínicas clandestinas, hoy las mujeres toman una pastilla abortiva y llegan al hospital con pocas infecciones. En estos casos es difícil saber si tomó la droga o si fue un aborto espontáneo. Luego, si es necesario, les hacemos un legrado (raspado) para extraer lo que queda", dijo a LA NACION Leonardo Kwiatkowski, jefe del servicio de obstetricia y ginecología del hospital Pedro Fiorito, de Avellaneda, en donde el 40 por ciento de las internaciones son producto de abortos.
Nivel socieconómico
El nivel socioeconómico y cultural de la madre es determinante cuando elige la forma de abortar.
Por lo general son las personas de bajos recursos las que utilizan los métodos y medios más rudimentarios, así como las que tienen mayores complicaciones.
Sin embargo, los médicos reconocen que también las mujeres de sectores más carenciados logran comprar pastillas a alguna persona del barrio donde viven.
Los especialistas reconocen con impotenciaque que cualquier embarazada puede conseguirlas en farmacias que las venden clandestinamente por unidad a un costo mayor.
Más allá de la manera en que se lleva a cabo la práctica, las mujeres que llegan al hospital para ser atendidas por complicaciones posabortivas suelen negar el acto.
"Tratamos de no juzgarlas y de comprender su situación, pero es muy difícil que lo reconozcan", explicó el jefe de Tocoginecología del Hospital Nacional Alejandro Posadas, Antonio Mario Mónaco, que diariamente atiende mujeres que viven en la zona oeste del conurbano bonaerense.
Mónaco recuerda que un día atendió a una señora que quiso practicarse un aborto con una aguja de tejer y que llegó con un shock séptico (infección severa). "Tenía parte de los intestinos en el útero. Me repetía que no se había hecho nada y se murió así", contó el profesional.
Los especialistas aclaran que cuando detectan que una mujer abortó, luego de un análisis físico y de laboratorio, lo primero que hacen es avisar a la comisaría más cercana, pero sin dejar de atender después a la paciente.
Denuncias
"El aborto es ilegal. Tenemos la obligación de denunciar el caso. Pero la policía pocas veces hace algo. Se trata del resguardo profesional y de la mujer, por las consecuencias que puede traer", comentó a LA NACION Mariano Lorea, jefe de residentes de Tocoginecología del hospital Posadas, que además colabora con las tareas de prevención y de planificación en salud reproductiva que realizan desde hace dos meses.
Hace menos de un mes, Lorea atendió a una mujer que llegó sangrando a la guardia. "Me decía que era sólo una pérdida, pero al analizarla se trataba de un aborto. Ella lo negaba todo el tiempo, hasta que sacamos de su interior restos del feto", señaló.
En su gran mayoría abortan las adolescentes y las mujeres que tienen muchos hijos o no cuentan con una pareja estable, pero muchas veces el final es inesperado.
"Hay casos de mujeres que hicieron maniobras abortivas, pensaron que estaba resuelto y finalmente el embarazo siguió. Las convecimos y hoy nos traen a sus hijos", contó Rubén Almada, jefe de guardia del servicio de Tocoginecología del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, situado en Parque de los Patricios.
En su desesperación las mujeres llegan a utilizar los métodos e instrumentos más inesperados. Los especialistas consultados recibieron casos de personas que llegaron a colocarse en su interior desde insectos hasta inyecciones de raticidas por vía abdominal.
Si la mujer no logra completar el aborto y el embrión da signos vitales, se le administran antibióticos para disminuir las infecciones y se las deriva a un grupo de psicólogos que la asisten y aconsejan que continúe con el embarazo.
Actuar de inmediato
Para demostrarles que están comprometiendo su vida, antes del alta -24 a 48 horas-, los médicos le explican a cada mujer los riesgos que significa el aborto para que no lo vuelvan a realizar.
Los especialistas coinciden en que es necesario actuar de inmediato para evitar que la muerte, ya sea de la madre o del hijo, llegue primero.
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