Macri se "despegó" de la denuncia de Carrió contra Lorenzetti

El tema lo molesta, lo incomoda, lo complica en su relación con otro poder del Estado. Por eso, el presidente Mauricio Macri salió ayer a despegarse de la feroz pelea mediática y judicial que mantienen su aliada Elisa Carrió y el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti , una pelea que esta semana llegó al Congreso con el pedido de juicio político presentado por la diputada y fundadora de la CC-ARI.

"Ya he dicho públicamente: las denuncias de la doctora Carrió son a título personal, como presidente y como gobierno no las compartimos. Está en el Congreso, que las debatirá como debate tantas otras cosas. Hay que ir por el camino de dejar que el Congreso decida qué va a pasar con esto", dijo ayer el Presidente en declaraciones a Radio Mitre desde la quinta presidencial de Olivos, donde acordó con sus colaboradores más cercanos recorrer hoy la zona de desastre por inundaciones en Tucumán.

Hasta ayer, el Gobierno permaneció en silencio luego de la presentación de la diputada ante el Congreso, corporizada en un escrito de 84 carillas presentado por el abogado Juan López y la diputada porteña Paula Oliveto. Sólo el diputado Pablo Tonelli (Pro-Capital), que suele asesorar a la Casa Rosada en estas cuestiones, tomó distancia antes del pronunciamiento del Presidente, con argumentos similares. "Todavía no hemos hablado del tema en el interbloque (Cambiemos). Está claro que es una iniciativa individual de la diputada Carrió, no es una iniciativa ni del interbloque ni del Gobierno. Lo que no quita que la vayamos a analizar, a leer y ver con qué fundamentos cuenta. Por ahora, lo que puedo decir es que es una iniciativa individual", sostuvo Tonelli, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara baja.

Hay una realidad que al oficialismo le disgusta y que no puede modificar: por más que el titular de la Corte plantee sus quejas al propio Macri, como lo hizo en más de una oportunidad, Carrió no cederá un centímetro en su embestida contra Lorenzetti, a quien considera un "corrupto" y a quien le ha endilgado "irregularidades en contrataciones de la Corte; manejo irregular y discrecional de la obra social; irregularidades e inconsistencias en la formulación y ejecución del presupuesto, y ausencia de los deberes éticos por la designación y asignación arbitraria del personal". Un allegado a Carrió lo definió de manera tajante ante LA NACION: "Qué le vamos a hacer si tenemos un delincuente como presidente de la Corte", embistió un referente importante del espacio.

Ante esta realidad, cerca del Presidente comenzaron a circular opciones para descomprimir el asunto. Desde Casa Rosada confirman que "un sector del PJ" que habitualmente dialoga con el Gobierno le "ofreció" interceder ante el presidente de la Corte para que deje su cargo y así evitar un escándalo político de mayores proporciones. "No sacamos jueces, salvo que se lo merezcan por mal desempeño", sostuvieron cerca del Presidente.

Otro altísimo funcionario que conoce muy bien a Macri deslizó a LA NACION la posibilidad de una solución intermedia: que el juicio político a Lorenzetti no prospere, pero que sea la propia Corte la que elija un sucesor como presidente del máximo tribunal, cargo que Lorenzetti ostenta desde 2007. "Siempre es bueno que haya renovación en los puestos de conducción, y más con los dos nuevos jueces que ingresaron (a la Corte)", deslizó el funcionario, con despacho en la Casa Rosada. Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti ingresaron como jueces de la Corte durante la gestión de Cambiemos, luego de ser propuestos "en comisión" por el Poder Ejecutivo, que luego volvió sobre sus pasos y siguió los caminos institucionales para sus designaciones.

Hoy, los votos para juzgar a Lorenzetti en el Congreso no están.