María Eugenia Bielsa: "Es necesaria una unidad con ciertos consensos"
"En Santa Fe , todas las mañanas nos levantamos con una noticia de un ataque entre bandas. Si las organizaciones criminales se enfrentan, es porque el Estado no está donde tiene que estar", afirma María Eugenia Bielsa, exvicegobernadora, quien competirá en las internas abiertas del 28 de abril contra el senador Omar Perotti .
Sus críticas más ásperas trascienden el espacio partidario, que Bielsa pretende ampliar a sectores de la centroizquierda, y apuntan a dos frentes: contra el gobierno socialista, que está en el poder desde 2007, y contra la gestión del presidente Mauricio Macri .
"Macri en vez de declarar la guerra a la pobreza les declaró la guerra a los pobres y a la clase media", dijo, al criticar el rumbo de las medidas que tomó la Casa Rosada.
Los ejes principales de la campaña de Bielsa serán los problemas de seguridad y narcotráfico en Santa Fe. Y ahí todos los dardos apuntan a su competidor, el socialista Antonio Bonfatti, a quien acusa de ser el responsable del "desmadre".
"En su gestión se rompieron todos los valores y todos los relojes. Y se cruzó la línea entre la mala policía y la política. Y la mala policía derrama sus males sobre el resto", advierte en un diálogo con LA NACION en su casa en Rosario .
Bielsa confiesa que nunca se fue de la política, aunque señala que es necesario "dejar los cargos y volver a la vida cotidiana". Después de renunciar, en febrero de 2013, a su banca de diputada provincial, tras denunciar que había un pacto entre un sector del kirchnerismo y el socialismo, decidió regresar a la docencia en la Facultad de Arquitectura y al trabajo en el sector privado, con su estudio.
"Para mí, fue muy sanador volver a mi vida cotidiana, porque una logra entender lo que está por fuera del microclima. Nunca me sentí un mobiliario de la política", apunta. Y reconoce que ese gesto, de dimitir a una banca a pesar de haber ganado las elecciones, no fue apreciado por la sociedad.
"Renuncié porque sentí que se esterilizaba la política. Y porque los otros caminos no me interesaron. Debía entrar en los acuerdos, que no era mi estilo, o convertirme en una denunciadora serial, que tampoco es mi perfil. Me eligieron para un lugar de representación de determinados valores que si no los puedo sostener se lo tengo que decir a la sociedad. Se lo transmití a la gente, sin ningún engaño", señala.
El 10 de enero pasado lanzó su precandidatura a gobernadora y se prevé que compita en el peronismo con el senador Perotti. Hace poco más de dos meses ambos se reunieron e hicieron un intercambio de propuestas, como si fuese un juego de ludo. Bielsa le ofreció ser su compañero de fórmula y Perotti le propuso que se postulara para la intendencia de Rosario. "Si te presentás, ganás", le dijo. La exvicegobernadora retruca: "Si triunfo en Rosario, gano la provincia". Esa ciudad, bastión del socialismo por más de 30 años, representa más del 40 por ciento del electorado.
Bielsa está convencida de que el peronismo en Santa Fe tiene que ampliar su mirada y sus alianzas con otros sectores alineados en la centroizquierda, como Ciudad Futura, el Partido de Progreso Social, y los socialistas alineados con Rubén Giustiniani y el periodista Carlos Del Frade. Alerta que los "rejuntes no sirven". Y se refiere a Santa Fe y a nivel nacional. "Es un momento de tal complejidad que es necesaria una unidad con ciertos consensos, como la lucha contra el narcotráfico, políticas sociales bien articuladas, el trabajo con la niñez y la educación", describe.
Bielsa cree que hay un límite para los acercamientos con otras fuerzas. "La línea la trazan Cambiemos y el Partido Socialista, que cruzó una raya que no debía sobrepasar. Tengo diálogo con gente del socialismo que no quiere esto, que creía en la honestidad y la vocación de gestión. Al principio hicieron cosas interesantes en Rosario en la época de Hermes Binner, y cuando dieron el salto a la provincia fue algo que le hizo muy mal a ese espacio, y sobre todo a los santafesinos. Con Bonfatti todo se desmadró, porque se rompieron todos los valores y todos los relojes. Si tuviera que identificar al gobierno de Bonfatti es con la pérdida de valores. Y después Miguel Lifschitz aplicó un estilo de mirar para otro lado. Si se matan acá, miró para allá", desgrana con cierta ironía.
La exdiputada aclara que a nivel nacional el peronismo debe ir hacia una instancia de consenso, pero "sin ser un rejunte". "No puede ser que con el sufrimiento que está viviendo la gente no haya consensos. Si la Argentina hoy tuviera una o dos fórmulas de la oposición ya definidas que permitieran un horizonte a octubre esto daría tranquilidad. Hoy lo único que da la política es inquietud e incertidumbre. No escuchamos qué se está discutiendo", afirma, y agrega: "La sociedad debería interpelarnos todo el tiempo".
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