"Mi jefe me dijo que era el testaferro de Uberti"
El hombre, sencillo y directo, está molesto. Se peleó con su empleador. Después de tres años de cuidarle sus casas y sus oficinas, de prepararle asados para sus invitados, de pintarle el quincho, llevar y traer papeles y mucho más, ahora el ex jefe lo echó y no quiere resarcirlo. Y todo porque a él se le escapó repetir que su patrón, G.S, dice que es el testaferro del ex "embajador paralelo" ante Venezuela, Claudio Uberti, el jefe del vuelo en el que llegaron al país Alejandro Antonini Wilson y una valija con 800.000 dólares.
El hombre se llama Luis Rodríguez, y durante una hora tira un dato tras otro sobre G.S y su esposa, Marcia Debora Peisci, la número dos de Uberti al frente del Organo Contralor de las Concesiones Viales (Occovi), su único cargo formal en el Gobierno hasta que en 2007 estalló el "caso Antonini". Por ese escándalo, Uberti salió del Gobierno y lo investigó la Justicia -a la que acaba de pedir el sobreseimiento-. Peisci quedó bajo la lupa de la fiscalía por los vínculos con su ex jefe, pero jamás se le imputaron cargos.
Rodríguez es uruguayo, tiene 58 años, patillas firmes y algunos dientes de menos. Durante tres años trabajó para G.S y Peisci, en varias casas, negocios y oficinas, y así conoció a Uberti.
"Ellos mismos me dijeron que él, G.S, era el socio de «Claudio», pero lo ocultaban, no querían que se supiera", cuenta Rodríguez en la oficina de su abogado, en Tigre, que prepara la demanda laboral y ya mandó las cartas documento de rigor. "A mí siempre me llamó la atención que después de tres años con ellos, nunca logré saber a qué se dedicaban, cómo ganaban la plata para mantener el nivel de gastos que tienen", dice, grabador de por medio. LA NACION intentó comunicarse con Uberti, G.S y Peisci, pero no respondieron las llamadas.
-¿Por qué lo echaron?
-La discusión fue porque la casa de ellos [por G.S y Peisci] está lejos de la entrada del country en el que viven, Ayres del Pilar, y un día que llovía, le ofrecí a una muchacha acercarla hasta donde iba. Me dijo que iba a la casa 20 y yo le dije: "Ah, la de Claudio, el socio de Guillermo y de Marcia". Eso fue en octubre de este año. A los dos días me llamó Marcia; dijo que Uberti estaba furioso porque decía que yo sabía sus movimientos. Me preguntó qué había dicho y le dije que nada, que ella y él eran socios.
-¿Ella lo corrigió?
-No. Sólo me pidió que ya no hiciera comentarios. Pero a la media hora vino G.S, con la misma historia y me levantó la voz.
-¿Qué le dijo?
-"Claudio no quiere que se sepa que está ahí." Yo le respondí que a mí me encanta sociabilizar, que tengo mi nombre bien sentado y que si no era así con Claudio, debía ser porque tenía el culo sucio. Entonces él me dijo que si tenía que elegir entre él y yo, lo elegía a Claudio, porque con él ganaba plata y conmigo no, y que él era su testaferro.
-¿Lo dijo así?
-Sí. "Yo soy su testaferro, los medios lo están buscando para hacer pelota a esta persona", me dijo. Ahí empecé a preguntarme quién era este Uberti y me puse a averiguar.
En los registros comerciales, Uberti no muestra movimientos. Peisci y G.S figuran como socios en seis sociedades, como Martika SA, para construir inmuebles y explotar campos. En otro proyecto figuran juntos Peisci y el hijo de Uberti, Federico, de 23 años.
"Una vez, el pibe le reclamó feo a G.S por las propiedades de Uberti y lo llamó «boludo». G.S, cuando se fue, me dijo: «Ojalá tenga la billetera tan grande como su boca»."
-¿Pero Uberti aparecía en algún lugar junto a G.S o Peisci?
-Vive en el mismo country, en el chalet 20 del barrio Los Bastos, y va a laburar a la oficina de Martika.
-¿Cómo lo sabe?
-Porque yo refaccioné esa oficina. Allí trabaja Marcia y el secretario de ella y de Uberti, Pablo Jurado.
-¿De qué trabaja Uberti?
-Las veces que yo lo vi ahí, iba 10 minutos y chau. Sé que tiene varios coches, una moto y un barco; pero a la oficina iba en un Gol rojo.
-¿Lo escuchó hablar con funcionarios?
-A Uberti no. Pero sí a G.S, que decía que tenía esto o aquello arreglado o que había tenido problemas con Kirchner. Y en los asados con gente importante -yo cocinaba- los escuché hablar de negocios, de coimear a éste o a aquél, de compras y ventas de campos con gente del Sur.
BAJO SOSPECHA
CLAUDIO UBERTI Ex jefe del OCCOVI Edad: 54
Era un hombre de confianza de Néstor Kirchner, que le había encomendado llevar la relación comercial con Venezuela, pese a que su cargo tenía que ver con las concesiones de rutas. Cayó en desgracia en 2007 cuando trajo en un vuelo rentado por el Gobierno al venezolano Antonini, descubierto con una valija con US$ 800.000.