Moreno reestrenó su cargo llamando a empresarios
Nada cambió. O en realidad sí, porque todo se desencadena ahora con mayor énfasis. Guillermo Moreno es el mismo de siempre, pero fortalecido . Ayer, tres días después de haber sido ratificado en el cargo por la presidenta Cristina Kirchner, el secretario de Comercio Interior volvió a la carga sobre el sector privado: llamó, amenazó, convenció y presionó para pedirles a algunas empresas, como lo venía haciendo en los últimos días, que postergaran el pago de importaciones.
"Esto marca una tendencia peor", dijeron anoche a La Nacion en la Unión Industrial Argentina (UIA), donde todavía no tuvieron una reunión formal con el economista. Por la tarde, los más optimistas se resignaban a explicar la nueva etapa desde los formalismos: la ratificación de la Presidenta al funcionario y la designación de Beatriz Paglieri en la Secretaría de Comercio Exterior, decían, no hacen más que homologar una situación que venía dándose de hecho.
Pero la mayor parte de los empresarios están preocupados. No sólo ya por las incursiones del Estado en operaciones de las compañías, sino porque, en muchos casos, las llamadas de funcionarios para reprocharles las compras de dólares empiezan a abocarse en muchos casos a la vida privada de cada ejecutivo. "Casi todos los de la Unión Industrial fueron convocados e indagados", dijo a este diario un miembro de la junta directiva fabril. Esa diligente labor telefónica corrió por cuenta de Moreno; del jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray; de la ministra de Industria, Débora Giorgi, y de sus colaboradores Eduardo Bianchi y Horacio Cepeda.
Paglieri habló ayer con Radio del Plata. Negó, por ejemplo, que Moreno, funcionario al que siempre ha respondido políticamente desde los primeros tiempos de la intervención en el Indec, estuviera ahora a cargo de un "superministerio" con injerencia en la Secretaría de Comercio Exterior. Quien también obedeció órdenes de Moreno en Papel Prensa afirmó que su dependencia estaba "absorbiendo responsabilidades" que tenían los ministerios de Industria, Agricultura y Relaciones Exteriores. Y reconoció además que, en adelante, habría coordinación con la Secretaría de Comercio Interior. Lo hizo con una metáfora sugestiva: "Va a ser fundamental para que no haya demasiadas ventanillas".
Según Paglieri, se trata de que el modelo tenga "coherencia macroeconómica" y de que no haya "estructuras paralelas". Es lo que ocurría, por caso, con las relaciones con Venezuela, que salían de la Cancillería y recaían, según el momento, en funcionarios como Rafael Follonier, Claudio Uberti, Roberto Baratta, José María Olazagasti o el propio ministro de Planificación, Julio De Vido.
"La Secretaría va a depender del Ministerio de Economía, igual que depende la Secretaría de Comercio Interior -dijo Paglieri-. Son dos secretarías dentro de la órbita del Ministerio de Economía. Todo lo que tiene que ver con el comercio exterior tiene que ver con cuestiones fiscales que deben estar absolutamente coordinadas. No hay ningún superministerio."
Sin embargo, insistió en que "la coordinación de acciones con Comercio Interior son fundamentales para que no haya demasiadas ventanillas, porque hubo una suerte de generación de departamentos de relaciones internacionales en distintos organismos y se perdió la unidad de criterio".
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