Piqueteros antikirchneristas criticaron la reforma política
A ocho años de los violentos incidentes que determinaron el fin del gobierno de Fernando de la Rúa y dejaron como saldo más de treinta muertos, grupos piqueteros y partidos de izquierda redoblaron sus críticas al Gobierno y advirtieron que la Casa Rosada "teme que las luchas sociales puedan abrir un giro a la izquierda".
Al recuerdo del "Argentinazo", como definieron a las violentas protestas del 19 y el 20 de diciembre de 2001 en todo el país, y los eslóganes de siempre, como la "lucha contra los despidos" y por "un salario digno", la izquierda antikirchnerista sumó sus críticas a la nueva ley de reforma política impulsada por el Gobierno y su "veto proscriptivo" hacia las pequeñas agrupaciones.
Las protestas
Militantes de partidos de izquierda, como el MST, de Vilma Ripoll; el Partido Obrero; el Movimiento al Socialismo (MAS), y el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS), entre otros, se unieron a grupos piqueteros afines como el MTR-Cuba, Polo Obrero y MST-Teresa Vive, y marcharon a la plaza de Mayo.
Allí coincidieron con grupos que protagonizaron algunas de las protestas gremiales con mayor resonancia este año: los representantes de la lista opositora de subterráneos, de la empresa Kraft, FATE y docentes, entre otros gremios.
"Denunciamos por proscriptiva y reaccionaria la reforma impuesta por el kirchnerismo, que despoja a los partidos del derecho a reglarse y obrará como filtro para que muchos no lleguemos a la elección general", afirmó Marcelo Ramal, dirigente del Partido Obrero.
"Los K quieren imponer un bipartidismo proscriptivo porque saben que el avance de las luchas sociales puede abrir un giro hacia la izquierda", afirmó Ripoll.
La movilización partió alrededor de las 17 desde la Avenida de Mayo y 9 de Julio hacia la Plaza de Mayo, dónde se realizó el acto central, que reunió unas 10.000 personas, según constató LA NACION.
"Que la crisis la paguen las patronales, los banqueros y los terratenientes", decían los carteles de distintas agrupaciones, en las cuales desbordaba el optimismo por el destino de las luchas gremiales iniciadas contra el Gobierno y gremios kirchneristas durante los últimos meses.
"Es posible que asistamos al comienzo de una nueva etapa para la clase obrera, el quiebre del monopolio sindical", sostuvo Héctor Heberling, una de las principales voces del MAS.
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