Postularon al Equipo Argentino de Antropología Forense al Nobel de la Paz

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) fue postulado al Premio Nobel de la Paz por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). El EAAF trabajó en 55 países y tiene proyectos activos en 23. Entre estos últimos está la Argentina, en donde trabajan para identificar a los desaparecidos durante la última dictadura militar. Ya recuperaron 1600 cuerpos e identificaron a 870, mientras que hay otros 800 que aun intentan identificar mediante muestras de sangre de los posibles familiares.

"Fue una sorpresa y es un orgullo. De todos modos, nosotros somos conscientes de que nuestra tarea es un pedacito dentro de una tarea colectiva que emprendió la sociedad argentina junto a muchas instituciones. Nosotros nos insertamos en ese colectivo desde la ciencia, para luchas por la verdad, la Justicia y la memoria. Pero hay organizaciones como las Abuelas de Plaza de Mayo, que son aún más merecedoras de esta distinción a la cual nos han postulado", dijo a LA NACION Luis Fondebrider, director ejecutivo del EAAF desde el 2000.

"El EAAF es una institución modelo no solo en la Argentina, donde nació hace algo más de 35 años, sino también en los cinco continentes. Creado por iniciativa del antropólogo estadounidense Clyde Snow, se destaca por sus logros científicos, pero especialmente por el costado humano que los identifica, el hecho de acompañar a los familiares desde la denuncia y la investigación hasta la posible resolución del caso", dijo Karina Batthyány, socióloga uruguaya y secretaria ejecutiva de Clacso.

En México

En el exterior, uno de los trabajos más resonantes del EAAF fue cuando los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, México, los convocaron como peritos para indagar sobre lo que había sucedido.

Los alumnos de la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos" fueron atacados por miembros del crimen organizado y de la policía militar mientras se dirigían a un acto en memoria de la matanza estudiantil de Tlatelolco en 1968. Cinco de ellos murieron en el ataque, una veintena resultaron heridos y 43 jóvenes, cuyo último paradero fueron los autos policiales a los que los subieron, están desaparecidos.

"Desde 2014, cuando ocurrieron los hechos, los familiares nos pidieron que seamos los peritos. Pudimos determinar que los cuerpos no habían sido quemados donde el gobierno mexicano había indicado. Por el momento continúa la búsqueda de los estudiantes", agregó Fondebrider.

Ellos realizan un trabajo de investigación que consiste en analizar documentos oficiales producidos por el Estado y testimonios de familiares, testigos, activistas políticos y victimarios. "Con todo esto creamos una hipótesis de dónde puede estar la persona. Trabajamos en casos de violencia política, étnica, religiosa y, en lo últimos 15 años, investigamos femicidios y la desaparición de migrantes", concluyó Fondebrider.

"Cada hueso recuperado, cada resto identificado, es un triunfo de la verdad y la justicia que alimenta la memoria tan necesaria en el devenir de los pueblos. El Nobel de la Paz sería un reconocimiento no solo a la intachable trayectoria de sus integrantes sino también a cada uno de los casos en los que intervienen, a cada familiar que ha depositado toda su confianza en ellos y recibido su mano amiga", agregó Batthyány.

Clacso en noviembre de 2018 le otorgó al EAAF el Premio Latinoamericano Juan Gelman, por su "demostrada e indiscutible versación y rigor científico; su compromiso, honestidad y ética". A su vez se escribió un libro y se hizo una película sobre la historia del equipo, donde muestra la relevancia del mismo en el campo de la lucha por los derechos humanos.