Preocupa al Gobierno que puedan aparecer nuevos implicados
Temen que el financista Elaskar haya operado con allegados a De Vido o Boudou, entre otros
La presidenta Cristina Kirchner recibió el escándalo de supuesto lavado de dinero del empresario Lázaro Báez con furia incontenible hacia la prensa y máxima preocupación por los nombres de figuras vinculadas al Gobierno que en el futuro pudieran surgir de las investigaciones sobre las operaciones que se realizaban en la financiera de Federico Elaskar.
En la Casa Rosada nadie mencionará públicamente el caso. Cristina Kirchner encabezó ayer un acto institucional y evitó referirse a las revelaciones del programa Periodismo para todos (PPT), de Jorge Lanata.
Según confiaron a LA NACION fuentes oficiales, preocupa cerca de la Presidenta la posibilidad de que la empresa de Elaskar haya operado con allegados al ministro de Planificación, Julio De Vido; al vicepresidente, Amado Boudou, o al empresario Cristóbal López, también cercano al kirchnerismo.
"No se sabe si estuvieron esos nombres en la financiera SGI, de Elaskar. Pero se mencionan dentro del Gobierno como posibilidad", comentaron fuentes oficiales, en medio de un clima de incertidumbre y expectativa por lo que pueda revelar PPT el domingo próximo.
La primera reacción de la Casa Rosada fue banalizar el escándalo. Se intentó convertir el caso en un juego de dimes y diretes de farándula del locuaz operador Leonardo Fariña, esposo de la excéntrica modelo Karina Jelinek, que reveló en PPT que transfería millones de dólares no declarados de Lázaro Báez a cuentas bancarias de sociedades offshore en paraísos fiscales.
En medio del silencio, la Unidad de Información Financiera (UIF) emitió por el portal oficial de la Presidencia un breve comunicado en el que informó que "remitió al Ministerio Público Fiscal las investigaciones que venía desarrollando, con un alto grado de avance".
El segundo paso, según confiaron en Balcarce 50, será instalar en los medios de prensa amigos que el informe de Lanata fue "un ataque corporativo del Grupo Clarín al Gobierno en medio de una reforma fundacional como la «democratización» de la Justicia".
Pese a que Lázaro Báez negará su vinculación con Fariña, en el Gobierno aseguran que esa relación no se podrá ocultar tan fácilmente: Fariña conoció en 2010 al empresario cuando viajó a Río Gallegos como representante de una empresa que vendía camiones.
"Muchos se preguntan en el entorno de la Presidenta: ¿cómo Lázaro pudo tener un operador como Fariña, joven e inexperto que «boconeaba» por todos lados y alardeaba de ser amigo de Lázaro y de Cristóbal [López]?", se sinceró un hombre cercano a la Casa Rosada. "Esto no pasaba con Néstor Kirchner", reflexionó ese informante.
Otra estrategia sería demonizar a Elaskar, quien dijo que debió vender SGI a una sociedad cercana al kirchnerismo bajo extorsiones y amenazas de muerte. "Los propietarios de SGI estudian demandar a Elaskar", confiaron allegados a Báez. "Elaskar vendió la empresa con una deuda que nunca pagó", dijeron cerca de Balcarce 50.
"Lázaro está golpeado en lo familiar. Siempre tuvo un estilo austero y de bajo perfil, más allá de que creció empresarialmente", confiaron las mismas fuentes. "Esto le pega a Cristina; Lázaro fue el brazo ejecutor de Cristina y de Néstor. No eran socios. Eran lo mismo", señaló una fuente que conoció esa relación. "Este golpe, en este momento de coyuntura, es demasiado pesado, por la situación económica y por el tiempo preelectoral", confió otra fuente de Balcarce 50.
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