Quince años de mitos y verdades
La investigación del atentado contra la AMIA está llena de mitos y verdades según quién cuente la historia, pues el ataque desnudó intereses políticos cruzados durante el menemismo y el kirchnerismo y exhibió las diferencias en el seno de la propia comunidad judía.
Por eso, un fallo tan relevante como el de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que pone punto final, al menos en la instancia judicial local, a muchos puntos de debate, deja en pie algunas verdades jurídicas ya indiscutibles.
La Corte Suprema no reabrió la causa AMIA. La investigación nunca estuvo cerrada. Hay siete sospechosos con pedido de captura internacional y la fiscalía acaba de pedir la detención de otro.
La Corte confirmó, además, que un coche bomba se estrelló contra la AMIA, y ratificó la principal conclusión del juicio oral; que la investigación debía declararse nula porque el ex juez Juan José Galeano perdió su garantía de imparcialidad, y confirmó que esto ocurrió en octubre de 1995, fecha a partir de la cual se perfecciona lo que la sentencia que absolvió a todos los acusados consideró el armado de la causa AMIA, al pagarle a Carlos Telleldín para que declarara contra los policías, finalmente absueltos. Toda esa parte de la sentencia no fue cuestionada y por eso Galeano será juzgado.
Pero la Corte dijo ahora que la prueba reunida contra Telleldín antes de octubre de 1995, es decir, desde el 18 de julio de 1994, cuando voló la AMIA, reunida en 187 cuerpos, es válida.
Por eso ordenó anular la absolución de Telleldín y volver a juzgarlo con esas pruebas. Esa evidencia fue reunida por el propio Galeano y los entonces fiscales Eamón Mullen y José Barbaccia. La AMIA sostuvo esta idea en su apelación y la Corte la confirmó.
Las pruebas que quedaron en pie contra Telleldín son las evidencias de que el block del motor de la camioneta incendiada en el atentado pasó por sus manos.
Pero lo que no dijo la Corte es que incluso en este tramo de la causa Telleldín ya había sido interrogado por la SIDE, se le habían pinchado sus teléfonos y una vez preso tuvo entrevistas extraprocesales con una camarista y con un emisario de la SIDE en el propio juzgado.
Estas cuestiones serán motivo del eventual próximo juicio contra el mecánico Telleldín, ahora abogado.
Con respecto al ex comisario Juan José Ribelli y a los otros policías juzgados, la Corte revocó parcialmente la sentencia del tribunal oral y entendió que deben ser investigados por extorsiones y otros delitos comunes que surgieron a la luz en el juicio. No por el atentado. La mayoría de estos delitos ya están prescriptos, y los acusados, con el tiempo que pasaron en prisión, eventualmente tendrían la pena cumplida.
El tribunal oral que absolvió a todos los acusados había concluido que la impunidad de la causa quedó asegurada por la manera en que se investigó. Ahora la Corte confirmó ese extremo, pero deja viva la pista Telleldín e indirectamente beneficia a los que apoyaron la investigación inicial de Galeano y a los fiscales que habían acusado al entonces mecánico.
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