Reeligen a Lorenzetti al frente de la Corte hasta fines de 2018
La Corte Suprema reeligió a Ricardo Lorenzetti como presidente del alto tribunal, para que continúe ejerciendo esa función a partir de 2016, durante otros tres años.
La decisión de la Corte, actualmente conducida por el propio Lorenzetti, muestra una vez más la fuerte preocupación que existe entre los magistrados ante un posible embate político del Gobierno y la decisión que tienen los jueces de no dejarse avasallar y blindar la actual composición del cuerpo.
El mandato de Lorenzetti como titular del cuerpo vence en diciembre de 2015, dentro de ocho meses. Pero los miembros del tribunal, con una notable antelación, decidieron por unanimidad votar que todo siga igual: Lorenzetti, como presidente, y como vicepresidenta, Elena Highton de Nolasco.
La medida fue adoptada en el habitual acuerdo que los jueces celebran los martes, mediante la acordada 11/15, pero la Corte la difundió un día más tarde. La propuesta fue hecha por Juan Carlos Maqueda, una de las columnas vertebrales de Lorenzetti.
El ministro Carlos Fayt, decano del cuerpo, también se reclinó siempre en Lorenzetti. Lo que sorprendió fue la antelación con la que se tomó la decisión.
Desde comienzos de año, Cristina Kirchner viene impulsando una doble estrategia sobre la Corte. Por un lado, impulsa el pliego de Roberto Carlés, para cubrir la plaza que quedó vacante con la renuncia de Raúl Zaffaroni, en diciembre pasado. También trascendió que planea cambiar la composición del cuerpo para diluir la fuerza de los actuales magistrados entre un número mayor de jueces y, así, establecer una corte adicta al kirchnerismo. Por cierto, hasta el momento la oposición se mostró inflexible y no dio los votos que necesita para aprobar el pliego de Carlés con los dos tercios de los senadores presentes, como exige la Constitución. Pero el Gobierno no retiró el pliego y espera sorprender en algún momento en el recinto.
En cuanto a la ampliación del número de jueces, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, fue la única voz oficial que dijo que ese proyecto no existe. Pero según varias fuentes, en la Corte tienen la total certeza de que en el Gobierno, más temprano que tarde, se impulsará una iniciativa que impactará de lleno en el alto tribunal.
Por eso, en el acuerdo de anteayer, la Corte mostró sus armas y dio una clara señal política y jurídica de que no está dispuesta a dejar que el Gobierno avance.
Mediante el fallo Aparicio, que LA NACION publicó ayer, declaró inválida la lista de diez conjueces que el Senado había aprobado en mayo del año último. El listado estaba plagado de abogados cercanos al kirchnerismo, y el tribunal lo declaró nulo porque el Senado lo aprobó sin el voto de los dos tercios que exige la Constitución Nacional. Si hasta ahora no logró el objetivo para Carlés, parece difícil que lo consiga para otros jueces, salvo que los legisladores de la oposición se presten a una negociación de votos y cargos a la que, hasta ahora, se mostraron reacios.
De todas maneras, la Corte quiso protegerse con otro escudo: asegurar la continuidad de su estructura actual: aun en el hipotético caso de que Cristina lograse su objetivo, los nuevos jueces tendrían que convivir con Lorenzetti como presidente por tres años más, contados a partir del 1° de enero de 2016. Lorenzetti seguirá al frente de la Corte, por lo menos, hasta fines de 2018.
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