Solo en Off: Pizzas, baile y misterio en la última noche de Macri antes del “no” a otra candidatura

“¡Que viva el amor, que es lo más importante!”, gritó Mauricio Macri, eufórico junto a su mujer, Juliana Awada. La postal se vivió antenoche en San Antonio de Areco, donde la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal festejó, con pocos pero selectos dirigentes políticos, su casamiento con el periodista deportivo Enrique Sacco.

No fue esta la única imagen algo inusual del expresidente, que horas más tarde anunciaría vía redes sociales su decisión de no ir por la revancha y una nueva candidatura a Presidente.

Cuentan testigos del evento que, a diferencia de otros políticos, que saludaron a los fotógrafos desde sus automóviles antes de entrar al espacio adonde se llevaría a cabo la ceremonia, Macri volvió sobre sus pasos y posó, relajadísimo, ante los medios apostados en los portones de la estancia El Rosario para cubrir el evento.

“Hasta tiró unos pasos durante la fiesta”, arriesgó otro testigo de la boda de Vidal, que días atrás se encontró a solas con el exmandatario y le reafirmó su pretensión de competir, ella sí, por la Presidencia.

Hoy aliados y en sintonía, Vidal y Macri fueron dos de los denominados “G7″ de la política que asistieron a la boda: los otros fueron Horacio Rodríguez Larreta, Federico Salvai (con su esposa y exministra Carolina Stanley), Hernán Lacunza, Emmanuel Ferrario y Cristian Ritondo, todos con participación y protagonismo asegurado en la etapa que viene.

“En la fiesta no dijo absolutamente nada. Nos enteramos el domingo a la mañana”, contó uno de los políticos asistentes al casamiento, algo sorprendido por el hermetismo de la maniobra mediática del exmandatario, quien se divirtió, tal vez sin el peso de tener que continuar sosteniendo el misterio sobre su búsqueda de un “segundo tiempo” que finalmente, cuando menos este año, no se producirá.

Feliz junto a su flamante marido y los integrantes de la familia ensamblada que conformaron con sus hijos y los de Sacco, Vidal se preocupó personalmente para evitar momentos incómodos entre los invitados. Tal vez por esa razón, Patricia Bullrich, también precandidata a Presidenta, no estuvo invitada al evento, que tuvo pizzas como plato central y sólo 108 invitados.

Grimson, de nuevo en la Rosada pero sin oficina

A fines del año pasado, y mientras el festejo del mundial de futbol acaparaba todas las miradas mediáticas, el entonces asesor presidencial Alejandro Grimson, que escribía los discursos del presidente Alberto Fernández, le dijo adiós a su cargo.

Varios meses después de aquella salida, Grimson volvió a la Casa Rosada, pero en un contexto totalmente diferente. El catedrático participó, junto a otros dirigentes del progresismo latinoamericano y en calidad de invitado, de la reunión que el presidente Fernández y los exmandatarios del Grupo de Puebla sostuvieron en el salón de los Pueblos Originarios de Balcarce 50.

No se trató, por cierto, del único cambio. Sucede que la oficina que ocupaba Grimson en sus tiempos de asesor hoy la ocupa el exministro cristinista Juan Abal Medina, miembro del Movimiento Evita y cercano al Presidente. Abal Medina, en su retorno a Balcarce 50, recibió allí el martes a Susana Trimarco, activista contra la trata de personas.

La nueva vida de Marcos Peña, envidiado por sus delfines

Luego de algunos amagues, como su participación en la campaña de María Eugenia Vidal en 2021, Marcos Peña volvió a alejarse de la política, tal como lo prometiera al finalizar el mandato de Mauricio Macri.

Aún con el escepticismo de propios y extraños, que lo imaginaban volviendo al ruedo en poco tiempo, Peña cumplió su palabra y volvió a mezclar trabajos de consultoría política (en Brasil se acercó al conductor televisivo y frustrado candidato Luciano Huck) con su participación en la Fundación Global de Fulvio Pompeo y, sobre todo, su proyecto “77″, entrevistas vía podcast a personalidades de distintos rubros, en tono despojado y lejos de su participación como número dos del gobierno de Macri.

Miembros de su círculo íntimo de entonces y de siempre (entre ellos Enrique Avogadro, hoy secretario de Cultura porteño, o Rosendo Grobocopatel, actual responsable de la comunicación de Pro), denotan cierta envidia por la nueva vida de su “gurú” político. “Es un fenómeno. Viaja con la familia, empezó tres tipos de terapia distintas, está en su mejor momento y no extraña el poder”, comenta uno de los “delfines” de Peña.

Exministros de Trabajo, en un debate con tono anti K

Estuvieron todos, o mejor dicho casi todos. Pero la invitación del presidente de la Fundación Eforo, Federico Recagno, dio sus frutos: la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, y cinco exministros (dos de ellos vía Zoom) debatieron esta semana sobre los desafíos del país en materia laboral, desde 1983 hasta hoy.

“Acá estoy en minoría, son todos abogados”, dijo Olmos al comenzar su exposición en tono de broma, en relación a sus acompañantes: Juan Manuel Casella (gobierno de Alfonsín), Enrique Rodríguez (menemismo) y Claudio Moroni, su antecesor en el puesto. Graciela Camaño, ministra durante el gobierno de Eduardo Duhalde, y Jorge Triaca, que ocupó esa cartera durante el gobierno de Macri, enviaron mensajes de video. Todos, según cuentan testigos, enfatizaron sobre la necesidad del “diálogo” y la discusión sobre el actual “marco legal”, un tema tabú que la CGT y los sindicalistas más ligados al cristinismo evitan debatir. Invitado al cónclave, Carlos Tomada (hoy embajador en México) decidió no participar.

“Uno de los grandes desafíos es pensar cómo incorporar nuevos tipos de trabajo que aparecen sin perder derechos”, dijo Moroni, quien al pasar por el ministerio polemizó con el sindicalismo duro en este punto.

Jalil, el gobernador que “vende” litio en Asia

Sin oír las críticas de la oposición, que le cuestiona por adelantado su ausencia, el gobernador peronista de Catamarca, Raúl Jalil, emprendió por estas horas una gira asiática con un objetivo claro: “vender” en países como China, Corea y Japón las bondades del litio, el valioso mineral que esa provincia produce en cantidad, asociada al Estado nacional y en acuerdo con otros dos distritos que también tienen yacimientos, Jujuy y Salta.

“Hay que moverse”, es el latiguillo que el mandatario provincial repitió esta semana, antes de comentarle de su viaje a funcionarios del gobierno de Alberto Fernández. En Seúl, Jalil -que ya tiene inversiones chinas en litio- intentó seducir a los empresarios mineros, pero a la vez ofrecerles aceite de oliva y maquinaria agrícola. Partió desde Buenos Aires junto a Ignacio Lamothe (director del CFI y cercano al ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro) y se sumará en unos días Roberto Salvarezza (YPF-Tech).

La gira, que también incluirá Japón, China y Gran Bretaña, se produce meses antes del cierre de listas (principios de julio) para las elecciones a gobernador, en las que casi con seguridad Jalil irá por su reelección. “Falta mucho, mientras tanto trabajo”, contesta el mandatario.

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