Una casona de lujo en Saavedra y negocios millonarios, así vivía el exsecretario privado de los Kirchner
La herencia que dejó Daniel Muñoz, el histórico secretario y presunto "valijero" de Néstor Kirchner, se extendió por las costas de Miami y los rascacielos de Nueva York, pero también tuvo una importante pata local. El exfuncionario -fallecido a mediados de 2016- vivió en una casona de lujo en el barrio de Saavedra y llegó a controlar dos playas de estacionamiento en los barrios de Palermo y Belgrano.
Muñoz y su esposa, Carolina Pochetti, se mudaron en 2011 a una casa de 1.012 metros cuadrados en la calle Williams al 5600, en la zona conocida como "Barrio Parque Cornelio Saavedra", según pudo reconstruir LA NACION a partir de expedientes judiciales y registros oficiales. Se trata de una casa de estilo neoclásico, de dos pisos, con importante pórtico y jardín con quincho techado.
La casa fue adquirida en 2005 por Daniel Omar Blanco, tío de Pochetti. En julio de 2011, de acuerdo a los registros públicos, Blanco hizo una "transferencia por dación en pago" y cedió el inmueble a favor de Patagon Experience SRL, una firma familiar dedicada a la explotación de cabañas en San Martín de los Andes. Ese mismo año, la viuda de Muñoz pasó a controlar la empresa (con el 95% de las acciones). Junto con la sociedad, obtuvo la casona de Saavedra.
Muñoz y Pochetti -en pareja desde 2007- se casaron en 2011 y mudaron su vida a la casa de Williams al 5600, según consta en un expediente de Comodoro Py que pudo corroborar LA NACION. Fue poco tiempo después de que el exfuncionario se apartara del gobierno kirchnerista, denunciado por presunto enriquecimiento ilícito, una causa terminó en sobreseimiento.
Playas de estacionamiento
Muñoz y su entorno, mediante un entramado de sociedades, también controlaron dos playas de estacionamiento porteñas que les permitieron obtener rentas anuales por menos $1 millón de pesos. El primer garage bajo la lupa de los investigadores está emplazado en Amenábar 1934: es un enorme edificio de tres plantas y 2.000 metros cuadrados en el corazón de Belgrano.
El exsecretario presidencial ocultó su nombre detrás de un entramado de firmas. El garage de Amenábar, hasta mediados de 2017, estuvo a nombre de la firma Cayuqueo Saciif. Los accionistas de esa empresa fueron otras dos sociedades que compartieron domicilio en Río Gallegos: Madaco SA (con el 90% del estacionamiento) y M&M Servicios SA (con el 10% restante). La primera sociedad fue controlada por Muñoz mientras que M&M Servicios SA tuvo como socios a Muñoz y a un viejo conocido, Víctor Manzanares, el histórico contador de los Kirchner, hoy preso.
El segundo estacionamiento está emplazado en Malabia 1741, en pleno Palermo Soho. El edificio, rodeado de bares y locales de indumentaria, tiene dos pisos y unos 1.400 metros cuadrados.
El exsecretario presidencial no figuró en los papeles. El estacionamiento está a nombre de la sociedad Malabia 1741 SA. Según los registros públicos, para diciembre de 2012 los accionistas de esa empresa eran la cuñada de Muñoz, Alejandrina Pochetti, junto a su por entonces marido, Pablo Raies.
Según pudo reconstruir LA NACION, la sociedad celebró en mayo de 2015 un contrato para alquilar la playa de estacionamiento a otra empresa, Particular Group SA. El contrato habría sido simulado: los accionistas de la firma inquilina –de acuerdo a los registros públicos- eran también Alejandrina Pochetti y Raies. Este último luego transferiría sus acciones a Stella Marys Blanco, madre de Carolina Pochetti y suegra del exsecretario presidencial.
En octubre de 2016 y, siempre en los papeles, el estacionamiento pasó a otras manos. Pero la Justicia sospecha que el garage pudo haber formado parte de la fortuna oculta de Muñoz: ambas empresas (Malabia 1741 SA y Particular Group SA) fueron allanadas a fines del año pasado por y figuran inhibidas por orden judicial.
Secretario privado de los Kirchner entre 2003 y 2009, el nombre de Daniel Muñoz fue registrado una y otra vez por el chofer Oscar Centeno en sus cuadernos. Lo describió como uno de los principales receptores de la recaudación en negro.
Pero antes de que su nombre quedara como un eslabón clave de la corrupción kirchnerista, Muñoz fue sobreseído dos veces por la Justicia. Primero, el juez federal Claudio Bonadio lo sobreseyó en una causa por enriquecimiento ilícito que investigó su crecimiento patrimonial durante su estadía en la Casa Rosada. En 2015, en tanto, el juez federal Luis Rodríguez dictó un sobreseimiento en una causa que se inició por una denuncia de Elisa Carrió, luego de que la exdirectora de Documentación Presidencial Miriam Quiroga señalara que observó al exsecretario presidencial moverse con bolsos con dinero.
Tras el sobreseimiento, Muñoz y su esposa Pochetti, tal como reveló este medio con los Panama Papers, figuraron con una offshore en las Islas Vírgenes y con propiedades por U$65 millones en Miami y Nueva York. Además, aparecieron los primeros datos de los garages. El fiscal del caso, Carlos Stornelli, pidió que se siga investigando para que se determine si esos bienes se compraron con dinero mal habido.
La UIF, en tanto, apeló el sobreseimiento de Muñoz y pidió que se investigaran las operaciones del exsecretario de Kirchner y sus herederos por lavado de dinero. La Cámara Federal dio la razón, pero la viuda de Muñoz reclamó que se cerrara la investigación porque era "cosa juzgada". El tribunal de Casación aceptó el pedido de Pochetti y la UIF recurrió a la Corte Suprema. La causa de los cuadernos ahora le da una nueva oportunidad al recupero de los bienes de Muñoz.
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