Diseñadores dan consejos que pueden hacer que tu cocina luzca como un lugar distinto con poca inversión
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Las reformas de cocina pueden llevar mucho tiempo y ser costosas. Pero, ¿y si no tenés ni tiempo ni dinero?
O tal vez alquilás y no querés invertir en la propiedad de otra persona. O tal vez tengas cosas más importantes en las que gastar tu dinero que en alacenas y muebles nuevos.
Hay muchas formas de mejorar tu cocina sin tener que desarmarlo todo, y los resultados pueden seguir siendo impresionantes. Incluso los diseñadores profesionales conservan a veces parte de la cocina intacta —tanto en proyectos para sus clientes como en sus propias casas— para evitar despilfarros y gastos innecesarios.
“Muchas veces, la gente quiere evitar el costo de sustituir todos los armarios”, dijo Amy Elbaum, de AE Design, una empresa de diseño de interiores de Los Ángeles. Por eso, si los armarios están bien construidos y en buen estado, “intentamos arreglarlos”.
Estos son algunos de los atajos que ella y otros diseñadores utilizan para ahorrar dinero sin sacrificar el estilo.
Primer paso: pintar las alacenas
¿Cuál es una de las formas más fáciles, económicas y eficaces de renovar el aspecto de una cocina? Pintar las alacenas.
Cuando Elbaum estaba trabajando en la cocina de un cliente que tenía los alacenas de madera anticuados y anaranjados, los conservó pero los lijó y los pintó con laca de color azul marino. “La distribución general y la mayoría de los electrodomésticos estaban bien”, dijo. “Pintar era la mejor opción”.
En ese proyecto, la diseñadora encargó a un profesional que pintara las alacenas con spray. Pero también se pueden pintar a mano con una brocha. Pintar con brocha deja una textura de pinceladas en el acabado, pero eso es algo que muchos diseñadores prefieren.
Cuando Kimberly Bevan, de la empresa Bevan Interiors, con sede en Nueva York, estaba actualizando la cocina de su casa de fin de semana en Andes, Nueva York, quería que se vieran las pinceladas. “Escogí ese aspecto pintado a mano, en lugar de un acabado de taller pulverizado, que parece muy liso”, dijo. “Para el estilo tradicional de estas alacenas, el aspecto cepillado a mano realmente funcionaba mejor”.
Pero no te detengas ahí…
Después de pintar las alacenas, no dejes la brocha. En su cocina, Bevan también pintó las paredes y el techo e incluso los azulejos. “La pintura fue lo que ayudó a notar mucho el cambio”, dijo.
Luego de pintar las paredes y el techo de color gris topo, pintó el azulejo amarillo con estampados que estaba detrás de la bacha, de rosa claro. “Pasaron tres años, y aguantaron muy bien”, dijo. Antes de aplicar la pintura con acabado satinado sobre el azulejo, le aplicó una capa de base.
“Podés pintar azulejos, pintar ladrillos, pintar melamina, pintar metales”, dijo Ruth Mottershead, directora creativa de la empresa británica de pinturas Little Greene.
Algunos productos ni siquiera requieren una capa de base primero: “Lo hice en mi propia cocina”, añadió Mottershead, donde pintó sus paredes, armarios y azulejos.
Pintar una cocina entera es una oportunidad para jugar con la pintura en bloques, señaló, con varios elementos en colores contrastados. En su propia cocina, pintó la mayor parte de la habitación de rosa claro, pero dos paredes de verde intenso.
Otras opciones, según Mottershead, serían pintar los azulejos y los armarios en colores que contrasten, o imitar el aspecto de un revestimiento de madera pintando la parte superior e inferior de las paredes de distintos colores, con ayuda de cinta adhesiva: “Crea un poco más de interés en una habitación, y un poco más de dinamismo”.
Cambiar “el salpicadero”
La zona de la pared en la cual las ollas y sartenes “salpican” algunos lo llaman “el salpicadero”. En lugar de pintarlo, podés sustituirlo por completo (o instalar uno, si solo hay paneles de yeso).
Cuando Jessica Geller, fundadora de la empresa de diseño de interiores, se mudó a una casa con una cocina nueva, cambió el salpicadero para reflejar su gusto personal.
“Los anteriores propietarios habían instalado un panel de cristal que no parecía formar parte de la arquitectura original”, explicó Geller. “El mayor cambio que hicimos fue quitarlo y sustituirlo por azulejos de terracota pintados a mano”.
Ahora, dijo: “parece una cocina completamente diferente”.
Cambiar los herrajes
Tanto si cambiás el color de las alacenas como si no, colocar nuevos herrajes puede ayudar a dar un nuevo aspecto a tu cocina.
Después de pintar las alacenas de la cocina de su cliente de azul marino, Elbaum taladró agujeros adicionales para cambiar los agarres simples a tiradores con forma de asa.
A Rebekah Zaveloff, fundadora de Imparfait Design Studio y KitchenLab Interiors en Chicago, le gusta mezclar varios tipos de herrajes con un acabado similar, dando a sus cocinas un aspecto personalizado.
Pero “hay que tener cuidado”, advirtió Zaveloff, para asegurarte de que las piezas combinan. “Pide muestras primero”.
Y si no coinciden, tiene que parecer intencionado.
Probá una nueva iluminación
Otra medida de gran impacto: instalar nuevas lámparas. Mucha gente las tiene empotradas en sus cocinas; sustituirlas por colgantes esculturales puede cambiar instantáneamente el aspecto del espacio.
“No me gustan las cocinas que parecen hospitales, en las que se puede operar en la isla”, dijo Zaveloff, a quien le gusta utilizar lámparas de araña vintage y colgantes de gran tamaño para iluminar las islas.
Aunque no dispongas de cableado, podés añadir lámparas decorativas. Zaveloff recomendó apliques inalámbricos a pilas. O probá con apliques con cable, que se pueden enchufar a la corriente.
En su anterior casa, utilizó una lámpara de brazo articulado con cable para iluminar el comedor de la cocina. “Se monta en la pared y me encanta porque te la podés llevar cuando te vas”, dijo. “Si alquilás, se va con vos”.
Añadí muebles
¿Necesitás más espacio para almacenar o preparar la comida? Eso no significa necesariamente que tengas que comprar alacenas de cocina tradicionales.
Los muebles independientes pueden ayudarte y, al igual que las lámparas con cable, pueden acompañarte si te mudás. En una cocina que Jenkins diseñó para sí misma, utilizó un antiguo carro de panadero francés con ruedas como isla. “Me encanta mezclar y combinar piezas nuevas con antigüedades”, dijo. “Me gusta esa yuxtaposición”.
En una cocina pequeña, señaló, una isla con ruedas también proporciona flexibilidad: “Podés moverla. Ponerla en el centro o a un lado. Podés preparar la comida en ella, pero también servirla”.
Y una alacena alto e independiente puede servir de despensa.
Los diseñadores utilizaron armarios antiguos con puertas de cristal en sus cocinas. En lugar de parecer fuera de lugar, los armarios antiguos pueden añadir carácter a una cocina.
“De hecho, compré ese mueble antes de diseñar la cocina”, dijo uno de los especialistas, que tiende a buscar piezas antiguas para acompañar a los nuevos armarios cuando renueva las cocinas de sus clientes.
No se trata de una medida provisional, recalcó: “Me encantaba esa pieza y la quería en mi cocina”.
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