El río, los jardines, la playa y el mar, el agua, el horizonte, el verde… Visuales difíciles de disfrutar desde una ventana de una propiedad ubicada en la "ciudad de la furia y el cemento". Sin embargo, quienes logran unidades con buenas vistas tienen uno de los principales activos de una propiedad "ganado". Es que la visual es un requisito que privilegia el cliente y que, por ende, se convierte en una excelente herramienta de venta con la que cuentan los comercializadores. Ahora bien: ¿se ha revalorizado después de la sanción del nuevo Código de la ciudad de Buenos Aires? "El mercado valora las torres y la altura. Logran modernidad y un entorno diverso", afirma Rodrigo Fernández Prieto, managing partner de Fernández Prieto y Asociados, la empresa que desarrolla, entre otros proyectos, The Link Towers. La iniciativa de 33 pisos ubicada en Puerto Madero que comparte con Vizora. De acuerdo con el desarrollador, "el nuevo Código va en contra de una clara tendencia mundial que crece y funciona en las principales urbes del mundo. Las ciudades crecen en altura, y conforman distritos a medida que la urbanización aumenta exponencialmente. Esta norma contradice esta tendencia y obliga a construir una ciudad aldea", agrega.
Lo cierto es que la nueva normativa determina seis alturas distintas según las zonas: va desde planta baja y dos pisos (nueve metros) hasta planta baja y 12 pisos (38 metros). Pero, entonces, ¿cómo pasan a recotizarse ahora las torres existentes y sus vistas más privilegiadas? "No creo que haya demasiados cambios", señala Daniel Cohen Imach, titular de Step Developments, empresa responsable de distintos emprendimientos ubicados en el corredor Libertador, Flores y Palermo Hollywood, entre otros barrios de la Capital Federal. El especialista aclara que, una buena visual no necesariamente equivale a altura. "Hay excelentes vistas a espacios verdes, donde los primeros pisos resultan muy atractivos por la inmediatez con el entorno". Según explica, mucha gente busca vistas abiertas, por ejemplo, a una avenida o a la ciudad, y no necesariamente al verde o al río. "Además, es muy relativo a qué llamamos buena vista y en qué altura", aclara y agrega: "no hay que dejar de percibir que a mayor altura también hay mayor viento, y en general, por encima de un piso 18 ya casi nadie utiliza los balcones. Es decir, se gana por un lado y se pierde por el otro". Asimismo, señala que, en edificios con amenities, algunos buscan tener una vista directa al jardín y a la piscina, lo que da importancia al diseño y, puntualmente, al valor agregado de cada proyecto. "Además, hay padres que prefieren esta opción para desde su departamento, por ejemplo, tener un control de los hijos", señala, un beneficio extra.
La relación con la tasación
En general, la altura agrega valor a la hora de la tasación. Dicho de otro modo: los pisos altos se cotizan tradicionalmente más. Según explica Gabriel Torraca, titular del estudio de arquitectura Gatarqs y director de la desarrolladora GRID, responsable, entre otros, de la Torre Alberdi, en Olivos, entre avenida del Libertador y el río, "el nuevo Código, al limitar todas las alturas de la ciudad de Buenos Aires, con 38 metros como máximo, hará que se revaloricen las ya construidas por encima de esa cota". Pero, por otro lado, "una buena vista no se limita a la altura. El verde o el agua en departamentos de baja altura también agregan valor. En nuestro estudio de arquitectura, sostenemos la concepción de los proyectos, sobre todo los de vivienda, desde adentro hacia afuera. La fachada exterior es la consecuencia del diseño interior donde las vistas, justamente, son uno de los tantos requerimientos que consideramos al proyectar", relata.
Desde la mirada del desarrollador, es un aspecto clave a considerar a la hora de definir la compra de un terreno por las posibilidades de diseño que este genera. Carlos Rosso, presidente de The Related Group, la empresa que desarrolla SLS, en el dique uno de Puerto Madero, "este proyecto fue pensado para mirar a Buenos Aires, aun con su cercanía al río". Son, en concreto, 30 pisos diseñados por el estudio de arquitectura de Bodas Miani Anger. "Tuvimos en cuenta la maravillosa vista nocturna de Buenos Aires, y considerando también que las personas pasan más tiempo en sus departamentos de noche que de día", ilustra el directivo, otorgándole justa relevancia y valor estratégico a, qué duda cabe, una de las postales más bellas de la ciudad.