La cadena internacional Osaka reformó su local de Palermo, sin dejar de lado su esencia; allí se ofrecen propuestas gastronómicas de la nueva cocina peruana
La nueva cocina peruana que irrumpió con fuerza en todo el continente, y que lleva en su simiente los destellos de la gastronomía oriental, cuenta con un digno exponente en el mercado local: Osaka. Allí se desarrolla la denominada cocina nikkei, nacida de un laborioso trabajo culinario y filosófico entre las sedes que tiene esta cadena en todo el mundo.
El restaurante, que se encuentra en pleno circuito palermitano y que abrió hace casi una década, no sólo refleja la fusión de ambas culturas en su atractiva carta, sino también en la renovada y estudiada ambientación donde se equilibran la madera y el bambú, dos elementos que se convierten en protagonistas del amplio local comercial, que cuenta con una superficie de 250 metros cuadrados y con espacio para más de un centenar de comensales.
"El interiorismo fue uno de los puntos más destacados en las recientes reformas que allí realizamos. A la hora de hacer la nueva ambientación contemplamos todos los componentes, desde la música, pasando por la iluminación, hasta las nuevas cortinas de madera –del estilo de las persianas americanas–, que velan los ventanales que dan a la calle", comentó Roberto Binetti, gerente de la firma, que cuenta con dos sucursales en Buenos Aires (la restante en Puerto Madero, para la cual invirtió en su apertura unos 2,5 millones de pesos).
Las reformas las realizó el arquitecto que se encarga de toda la línea decorativa de Osaka en el mundo, Ariel Chemi, y esencialmente están apuntadas a mejorar aspectos técnicos como la refrigeración, la aislación acústica y la cocina, por un lado, y la ambientación lumínica, por el otro. "Arquitectónicamente se trabaja siempre con elementos naturales como maderas, vidrio y piedras. La propuesta es estimular los sentidos desde todos los puntos de vista: gustativa, sensorial y ambientalmente. Uno de los rincones que más cambios experimenta es la terraza, que tendrá nuevos toldos al estilo vela, con nuevas plantas especialmente iluminadas. También habrá detalles lumínicos en las barras de tragos y de sushi", dijo Binetti.
Y agrega: "En la nueva carta hay sorprendentes ishiyakis, para que cada comensal cocine sobre su propia piedra caliente lo que el capricho demande: llegan en forma de aguiru (cortes de magret de pato servidos sobre albahaca, menta y naranja marinada en mirirn, en salsa tipo seco, al miso) o de mariscos (marinados con toques de hierbabuena y jengibre, servidos sobre cama de cebolla de verdeo y cilantro). Y clásicos como el anticucho, que a la manera Osaka lleva panceta confitada, hongos y ananá al grill, laqueado en tamarindo y algarrobina. O si no, el cebiche de rocoto: cortes de pescado blanco, almejas, pulpo y langostinos, bañados en leche de tigre al alioli de rocoto y karage de chipirones". Para Osaka el año se presenta lleno de nuevas expectativas debido a su búsqueda permanente de la evolución gastronómica, algo que para la firma es primordial. A nivel internacional, la cadena que cuenta con 6 sucursales (dos en la Argentina, otras tantas en Perú, una en Brasil y otra en México) planea desembarcar en el mercado norteamericano y europeo de la mano de la moda de la nueva cocina peruana.