La basura de unos es el tesoro de otros" es una frase que sirve para explicar el emprendimiento que quiere reconvertir containers abandonados para transformarlos en viviendas sociales, aulas escolares y oficinas móviles entre otros usos.
"En la década de los ochenta mi familia tenía una propiedad en el medio del campo. En lugar de una construcción tradicional, la oficina, el baño y los dormitorios estaban instalados sobre containers", recuerda Tomás Diner. El joven que, junto a su padre, Jorge Diner, emprendieron en 2012, Hábitat Container con el fin de comercializar estos espacios de bajo costo e impacto ecológico. Hoy la empresa que crearon funciona tanto en la Argentina como desde su base en Florida, Estados Unidos.
"Sucede que hay muchos containers que llegan al puerto de nuestro país y quedan abandonados porque el costo de que vuelvan vacíos a su lugar de origen es mayor a lo que valen en sí mismos", comentó Diner. Son contenedores marítimos en desuso de acero que miden 6 por 12 por 16.5 metros. Según los emprendedores, algunas de las ventajas que ofrecen es que, en promedio, los plazos de obra se reducen hasta un 80 por ciento respecto de las obras tradicionales. Es decir, en 90 días puede encontrarse terminado. Con respecto a los costos, un container cuesta entre 20 y 25 por ciento menos que una construcción tradicional.
Para arrancar, instalaron un showroom en la zona de Tigre donde vendían containers con distintos usos. Hoy arman desde una casa de campo, oficinas, baños públicos, paradores de playa hasta puestos de control. "Un equipo de arquitectos y diseñadores fueron adaptando los espacios y, una vez listos, podemos reproducirlos para quien los requiera", señaló el emprendedor cuya empresa fue seleccionada para instalar el Centro Verde Móvil para el gobierno de la Ciudad. Es un container pintado de verde que cada mes se traslada a una plaza diferente sin necesidad de conectividad a la red de agua ni de energía. Su objetivo es recolectar materiales reciclables que los vecinos ya no necesitan, con 16 módulos solares en el techo que generan la energía necesaria para su funcionamiento y un techo verde cubierto de vegetación. Recicla celulares, envases y bolsas plásticas, tapitas, latas y vidrios entre otros materiales.
Por razones personales y familiares, decidieron instalarse en Estados Unidos en 2016. "Cuando quisimos lanzar el negocio en Estados Unidos se dio la oportunidad de trabajar con un conocido que se especializa en préstamos internacionales en obra pública para ciudades. Hoy, cuando presentamos el proyecto para viviendas sociales lo hacemos en conjunto con esta alternativa de financiación", comentó Diner. "Pueden prestar hasta US$500 millones a treinta años, con tasas muy competitivas ya que en las ciudades –en Estados Unidos– tienen un puntaje de crédito que se denomina triple A, es decir hay una probabilidad bajísima de no cobrar el préstamo", señaló y aclaró que en la Argentina están comenzando un proyecto para la ciudades de Córdoba y Rosario. Para las viviendas sociales en Estados Unidos el costo es entre 75 y 95 dólares el pie cuadrado. Un container tiene aproximadamente 320 pies cuadrados, donde puede vivir una pareja joven con su baño propio. Respecto a los materiales detalla que la pintura en base a cerámica que va por fuera es como la de los aviones o las naves especiales que reflejan el calor. "Por dentro tienen una aislación en base a celulosa de papel que permite estar en una caja de metal al sol y que no se sienta", sintetizó acerca de la aislación térmica. Energéticamente, los containers pueden ser autosustentables gracias a varios mecanismos. Entre ellos, una caldera solar para agua caliente –el sol calienta unos tubos de agua sin electricidad–, reciclado de agua de lluvia, un agregado para recaudar desde la canaleta a la mochila del inodoro por ejemplo, tratamiento de aguas cloacales; y bajo consumo ele´ctrico, por luces LED entre otras especificaciones.